CAPITULO 8 ELLA Y YO

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ETHAN POV

A la mañana siguiente quise ir a visitarla, pero no me atreví, no podía asimilar que ella se había ido de mi vida, y así paso un mes, sus padres me fueron a visitar y me entregaron una caja de madera que era muy importante para Romina, trate de abrirla pero tenía un candando con código, quise romperla pero no quería dañar la caja de mi amiga era muy importante para ella después de todo, ni siquiera me di cuenta que ya habíamos ingresado al instituto y este iba a ser mi ultimo año, pero no me sentía bien no podía regresar al instituto un lugar lleno de recuerdos, no me sentía listo, pero finalmente hoy me arme de valor para ir,

-Hola mi pequeña loca, ¿mi vida no es lo mismo ahora que no estás?, ¿te acuerdas cuando me prometiste estar siempre junto a mí?, ahora ¿Quién me va a cubrir en las fiestas mientras Charlotte me busca?, ¿Quién va a saltarse las clases conmigo para ir a fumar?, ¿Quién va a sostenerme mientras estoy ebrio? - me sentía tan mal, que no pude aguantar llorar como un niño pequeño- gracias por todo loca, mis peores secretos se fueron contigo, no era tu tiempo, nos faltaron tantas fiestas, aventuras, ligues que vivir juntos, voy a venir a visitarte seguido a contarte de mi vida y voy a cuidar de esa pequeña niña, y voy a contarle lo que nunca pudiste decirle, voy hallar la manera de hacerlo te lo prometo, adiós- me levante y decidí irme a mi casa.

Cuando estaba volviendo comenzó a llover a mares, pero en el camino pude distinguir claramente a esa pequeña niña y su cabello todo alborotado recogido en una coleta, siento que podía reconocerla en un mar de gente, pero que estará pensando en caminar en este diluvio detuve mi carro

- Por favor no me secuestre, no soy guapa, y tengo cuerpo de tabla no te sirvo para nada- grito llorando ella pobrecita esta muy asustada

- Ey tranquila, te vi caminando y llorando, me preocupé y decidí bajar a ayudarte, además está lloviendo muy fuerte te puedes enfermar- le dije tranquilo no quería asustarla mas de lo que ella estaba, pero aun no se atrevía a levantar su cabeza

- Estoy bien, déjame sola, yo puedo regresar sola a mi casa, no me importa que llueva, no voy a volver a subirme al auto de un hombre jamás- me contesto llorando, ¿Qué le habrá sucedido para que este asustada? Ella aun desconfiaba de mi

- Creo que vamos al mismo instituto, te me haces conocida- le conteste para tratar de ganar confianza con ella pero yo quería que ella subiera rápido también porque está lloviendo mucho y los dos estábamos muy empapados, y ella por fin alzo su cabeza y sus ojos, esos malditos ojos cafés que me atormentarían mucho tiempo me miraron, y se abrieron como platos, esa mirada me traía melancolía al verlos sentía que ya los conocía, su mirada esta llena de inocencia, ella emanaba pureza, y parecía un ángel quien diría que los dos vamos a arrástranos en un infierno, ella tenía el rímel corrido, y los ojos rojos al parecer ella lleva llorando mucho tiempo y subió a sus mejillas un tono carmesí, aún estaba tratando de dejar de llorar- ¿Vas a subir? Tranquila no te voy hacer nada- le dije para que subiera rápido a este punto estábamos demasiado mojados

- Si muchas gracias- contestó más tranquila y subió a mi auto, parecía muy sorprendida por mi auto, pero mi madre es dueña de una empresa multinacional y mi padre también, dinero no me falto en mi vida, pero si el amor de una madre

- Oye si deseas puedes ponerte esta sudadera- y le pase mi sudadera favorita, esta me la regalo Romina por mi cumpleaños y siempre me la ponía, pero hoy decidí solo llevarla en el auto y no ponérmela.

- Gracias, eres muy amable- yo ni siquiera sabia su nombre, y parecía que ella también desconocía de mi nombre, decidí quedarme estacionado hasta que ella se cambiara, pero ella estaba muy callada y sonrojada hasta que me di cuenta que ella estaba esperando que me de vuelta para cambiarse

DULCE ADICCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora