PRODIGIO [Pausada]

¿Te Conozco?

Me encontraba en un campo de rosas. Pero esta vez no había aparecido en medio de las rosas, pero esta vez aparecí directamente en la colina donde siempre veía a aquella chica.

-¿te encuentras bien? - sonó en mis oídos esa tierna voz que siempre que la escuchaba me daba paz.

-no... Creo... (Suspiro) - respondí en tono seco y en mis ojos empezaron a brotar lágrimas, me acosté en el césped mirando el cielo.

-no te preocupes... Todo ira mejor... - respondió en tono suave.

-¿como estas segura? - interrumpí casi al instante en un tono seco y frío.

-bueno... Te lo dice la persona que ha sufrido bastante... - respondió en tono un tanto alegre y luego se acostó a mi lado y me tomo de la mano.

-no todo esta tan mal como piensas... - dijo tomando mi mano y la dirigió y le dio un ligero beso. Sus labios eran tan suaves y esos ojos que parecían que habían salido de un tipo de ángel, seguido de ese tono misterioso que me volvía loco.

-gracias... (Risa) - solté una pequeña risa, me vio directo a los ojos y me devolvió la sonrisa.

-sabes siento que te tengo muy cerca - dijo mientras cubría su rostro con sus cabellos rubios.

-ah... Perdón... - dije alejándome un poco de ella.

-no es eso... No sabría explicarlo... - su rostro se torno de un color rosado.

Sonó un fuerte estruendo el hizo que los dos saltáramos del susto, era esa extraña nube que se aproximaba.

-(voz masculina) no puedes huir de mí... - dijo una persona que al parecer se escondía detrás de la nube. Su voz sonaba a la de un especie de sicópata o matón a sueldo, sea lo que sea esa voz era el reflejo de la locura misma.

-¡¿como llego el aquí?! - dijo ella mientras me tomo del brazo y trato de alarme para poder escapar, sus ojos estaban cristalinos y le temblaban los brazos, su cara de terror era mas que evidente, era como si la cosa esa fuera sacada de sus peores miedos y pesadillas.

-¡no te acerques! - exclame en tono seguro, pero algo en esa cosa me provocaba escalofríos.

-¿te conozco?, vete el asunto no es contigo niño... - respondió y la nube se detuvo justo enfrente mío.

Esta empezó a disiparse dejando ver a la persona que se ocultaba detrás de esta. Era un chico un poco mayor que yo, llevaba puesto una camisa de botones blanca, un pantalón de vestir negro con unos zapatos cafés y un chaleco negro. Su rostro provocaba un poco de inseguridad, piel pálida, ojos color verde y cabello pelirrojo, a pesar de tener un rostro que lo hacia parecer inofensivo todo eso se desvanecía con su sonrisa macabra, y sus ojos verdes reflejaban un vacío emocional.

-vamos regresa conmigo - su voz se suavizó seguido de una sonrisa que daba confianza.

-¡no quiero!, me das asco... Te odio... - exclamo con voz nerviosa, de sus ojos caían lágrimas, pero estas no eran de tristeza, eran de odio, amargura y resentimiento.

-maldita mal agradecida... - dijo molesto, su rostro volvió a cambiar dando una temible sonrisa, sus ojos parecían perderse en el enojo ya que estos se encontraban de color rojo y parecían que iban a saltar de su rostro.

-¡dejala en paz! - exclame, me puse enfrente de ella para protegerla, intente mantenerme firme ante la situación, pero mis brazos y piernas parecían no responder y era como so mi cuerpo estuviera congelado por esa persona de aspecto enfermo.