Introducción

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Narrador

Los gritos de terror resonaban por toda la habitación, hasta dar al pasillo de aquel motel, incluso la chica de limpieza decidió retirarse con velocidad al escucharlos, por que tras sus largos años de experiencia en moteles de "Paso" podía decir con certeza que aquellos gritos significaban problemas.

Y si alguno de ustedes se lo pregunta, los gritos de terror originarios de la habitación "204-A", eran provenientes de aquella pareja conformada por 2 chicos, desnudos, sudorosos, cansados y al parecer sin memoria; sin mencionar que en esos momentos estaban mirándose con una mezcla de vergüenza y miedo.

- ¡Maldición! - dijeron ambos en lo alto, al tener analizada la vergonzosa situación en la que se encontraban.

- ¡Esto no debía ocurrir... otra vez! -

Ambos recogían sus cosas y se obligaban a no mirar la desnudes del otro por la vergüenza. Por un lado teníamos a Can cambiándose con prisa colocándose lo primero que veía (literalmente) para tapar su desnudes; aunque seamos sinceros no había nada que Tin no hubiera visto ya. Y por el otro tenemos a Tin al cual le temblaban las manos tan solo de recordar lo que había pasado aquella noche y parte de la madrugada claro.

Nadie tiene que saberlo...

- ¡No es mi culpa que estuvieras ebrio! - reprocho Tin acomodándose los pantalones.

- ¡No me eches la culpa idiota! - Can giro a verlo con rabia, sus puños estaban apretados, y podía ver que apretaba la mandíbula

- ¡No te echo la culpa! - se giro Tin encarándolo, pero al contrario de este, el decidió respirar hondo y calmarse para que la situación no se saliera aun más de control - Escucha los dos estábamos ebrios ¿Si? -

Can asintió dejándose caer en la cama, mientras Tin se acercaba a el para colocar sus manos en las mejillas de este y tranquilizarlo aunque sea un poco.

- Ambos somos culpables ¿Si? - cabe destacar que Tin aun seguía desnudo del torso para arriba pero a Can pareció no importarle cuando sintió ambas manos en su rostro.

- Lo lamento, solo que todo esto es... ya sabes - Can bajo la mirada mientras sus mejillas se tornaban de un color rosa, y su corazón comenzaba a latir con fuerza.

- Lose -

Ambos al darse cuenta de toda su cercanía decidieron alejarse un poco para abotonar sus camisas y salir lo antes posible de aquel lugar, y fingir que nada de eso había pasado.

Can se giro nuevamente a Tin y lo miro asustado - ¿Qué hora es? - este tomo su teléfono con prisa y al encenderlo maldijo en voz alta.

- ¡Mierda son las 9:25! ¡Date prisa! -

- ¿Qué diremos si nos preguntan donde estuvimos o por que llegamos tarde? - Can tomaba sus cosas, y arreglaba un poco su cabello.

- Mentiremos, como solíamos hacerlo antes - Tin lo miro a los ojos, y Can sentía toda su inseguridad y miedo desaparecer, por que solo Tin había sido capaz de brindarle ese sentimiento de seguridad.

- Okey -

Tin tomo sus cosas junto a las de Can y se dirigieron a la salida de aquel cuarto, que había sido testigo de lo ocurrido pero no sin antes darse un ultimo beso, antes de salir de ahí y fingir que nada había pasado mientras volvían hacer completamente extraños.

- Te.. tenemos que irnos - con las mejillas rojas Can detuvo aquel beso, mientras Tin se reía de el y es que amaba verlo avergonzado y más si era por el.

- Ahora si, vámonos -

Tin sonrió sobre sus labios, juntos salieron del lugar, "Fingiendo" que nada había sucedido la noche anterior, sin hacer preguntas, y es que para ser sinceros ellos no sabían las respuestas a todas aquellas preguntas que hasta esos momentos quedarían en su mente.

La pregunta principal dentro de toda esta nube de alcohol y recuerdos borrosos era...

¿Qué había sucedido antes de que terminaran en la cama?

Caminaban por aquellos pasillos con extrema rapidez, querían salir, de aquel lugar y jamás, jamás volver, además que estaban apunto de perder 4 horas de clase, y si el padrastro de Can se enteraba estaba más que muerto.

Ambos sintieron la gloria cuando divisaron a pocos metros de ellos la recepción del motel, por lo tanto la salida estaba muy cerca, apresuraron el paso en un principio, pero después comenzaron a correr, solo para encontrar la salida, irse de ese "Horrible" lugar era lo que querían, e irse a clases.

Y olvidarlo todo...

Al llegar a esta sus sonrisas se volvieron grandes la puerta estaba frente a ellos, y al verlos la recepcionista les sonrió gustosa y delicadamente, dirigiendo palabras que más tarde tendrían sentido:

- Adiós señores Metthanan -

- ¿Qué acaba de decir? - aquellos chicos escucharon sus palabras pero no le tomaron la importancia necesaria, y salieron de ese lugar para olvidar todo.

¿Olvidar eh? ¡Pues buena suerte!

- La próxima vez iremos a un motel más elegante - Sentencio Tin sacando las llaves de su auto mientras miraba al frente buscándolo.

- ¡Oh Amigo no habrá próxima vez! - Hablo Can cruzando sus brazos, negando pero aunque negara, sabia quería y que habría una próxima vez.

- ¡Oh amigo puedo apostar que así será! - el tono tan seguro y autoritario de Tin lo hacia desearlo y odiarlo al mismo tiempo.

Ambos rieron, entre sus propias palabras, y decidieron caminar con rapidez entre bromas y risas que se causaban el uno al otro, para llegar al auto, y dirigirse a la universidad donde "probablemente" olvidarían todo lo ocurrido.

Pero durante este corto recorrido del motel hasta su auto no paraban de sentirse extraños, casi como si hubieran olvidado algo...

¿Importante?

Continuara

Esta historia al ser una de las primeras que escribí, cuenta con miles de faltas ortográficas, y datos que son o no necesarios, o cosas que mezclan la historia hasta el punto en el que cuesta comprenderla, así que decidí editarla para su disfrute.

Abrazos infinitos y besos.

Atte: Andy.

MARRIED BY ACCIDENT!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora