Temporada 2, Capítulo 1

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Narrador

Can estaba apunto de tener algún infarto, hasta podía sentir como su alma abandonaba su cuerpo, como en esas animaciones en las que el personaje cae al suelo y su alma sale; así justamente, pero mientras a el se le escapaba el alma, su esposo apretujaba al niño entre sus brazos, mientras intentos de palabras salían de su boca, causando que Tin quedara aun más embobado.

- No son un objeto que puedes devolver cuando quieras cariño... - le susurro Tin a su esposo mientras le hacia caras divertidas al bebe frente a el.

- Además míralos ¿No son lindos? -

No mires... >>

- Apuesto que la chica lo hizo a propósito... - comento Can mirando cuidadosamente a cada niño.

- No seas ridículo, ¿Por que piensas eso? -

"Bueno salió corriendo en cuanto nos entrego los papeles..."

Los niños permanecían en silencio, moviendo sus pequeños pies que colgaban del sillón mientras veían a sus nuevos padres susurrarse cosas mientras se pellizcaban; y observaban aquella casa, jamás habían estado en un lugar tan grande y tan lindo.

Y ojala aquella linda casa tuviera mucha comida...

- La chica apenas y nos dejo hablar, o si quiera preguntar, tan rápido y nos dio los papeles de los niños se fue como alma que lleva el diablo -

Y era verdad aquella chica no los dejo hablar, las palabras salían tan rápido de su boca que en cuanto les entrego todos los papeles les sonrió ampliamente, y salió de ahí tan rápido, como si quisiera evitar que preguntaran o se arrepintieran.

Flash era nada a comparación de ella...

- Tal ves tenia prisa... -

- Til vis tinia prisi - repitió Can rodando los ojos mientras le dirigía a su esposo una mirada desaprobatoria.

- Madura... ya eres padre - contraataco Tin.

- Si y de 5 niños... -

- ¿No querías tener hijos? - dijo Tin cargando al más pequeño mientras juntaba sus narices en un beso esquimal.

Oh tan lindo... pensó Can.

- Si uno o tal vez dos, no quería todo un equipo de baloncesto... -

- ¿Genial no...? - aquel pequeño y Tin se giraron para observar a Can con una sonrisa tan tierna que sentía que se derretiría de ternura en cualquier momento.

- No tendremos dinero -

- Somos ricos -

- No tenemos espacio -

- Compramos una casa más grande -

- La gente hablara -

- Los mandamos a la mierda -

- Perderemos intimidad -

- HAHAHAH - la risa tan burlesca de Tin, termino con esa pelea tan peculiar.

Tin 3 Can 0

- Ya no me pondrás atención - dramatizo Can observando como los otros cuatro niños susurraban entre ellos.

- Ven su papi actúa como un niño... -

Pero la verdad es que estaban impresionados con todas las cosas brillantes que había en la casa, sus ojos se iluminaban, y podían jurar que sus pequeñas manitas morían por tocar todas esas cosas tan brillantes y coloridas que había en casa.

En especial aquel balón azul con blanco que permanecía en la vitrina frente a ellos, detrás de sus nuevos padres.

- Nuestros padres se van a morir cuando se enteren... -

[. . . .]

Su esposo lo abandono en la sala con sus 5 nuevos hijos, de verdad sintió traición...

- ¿Y... desde hace cuando son niños? -

Si lo aceptaba estaba nerviosos, tenia a sus nuevos hijos frente a el, lo que lo complicaba un poco, y no mejoraba que sus ojos brillantes y pequeños estaban sobre el, analizando hasta el más mínimo movimientos de su mano.

- Me gusta el color de tus uñas... - menciono Can tratando de hacer platica con uno de los niños que se mantenía sereno aun lado de el.

Mientras su esposo hablaba por teléfono con sus padres que les habían dicho que los mantuvieran al tanto cuando su nuevo nieto llegara, para tratar de explicarles la peculiar situación en la que se encontraban.

- ¿No es raro y de niñas? - aquel niño agacho la cabeza, con cierta vergüenza.

Y por la mente de Can pasaron mil y unas cosas, como; ¿Quién había sido la persona que le había dicho que solo las niñas se pintan las uñas?, ¿Quién se había atrevido a decirle a su hijo que era raro pintarse las uñas?

Vaya definitivamente estaba mal...

"Que parte de ahora tenemos 5 hijos no entiendes..." escucho decir a su esposo atreves del teléfono.

- Claro que no es raro, tienes derecho a experimentar, probar cosas nuevas y escoger lo que te gusta o no... -

Y solo bastaron esas palabras para que los ojos del niño se iluminaran como dos luces resplandecientes, después de miles de comentarios de niños que lo insultaban y lo llamaban niña, o de adultos que le decían que no debía pintarse las uñas, después de gente que le decía que estaba mal, encontró a un adulto que no lo juzgo.

La mente del niño estaba siendo programada, con palabras como "Eso es para niñas...", "No lo hagas por que eso es para niñas...", hasta que ese hombre que ahora era su "Padre" llego.

"Me gusta el color de tus uñas..."

- Pero el color rojo es mejor... - alardeo dando su opinión.

- ¿El rosa es feo...? - pregunto un segundo niño, sentándose en las piernas de Can si previo aviso.

- Me gusta más el rojo -

- No tenemos esmalte color rojo - un tercer niño llego empujando al niño que se encontraba en las piernas de Can, para sentarse sobre el mientras se giraba abrazarlo.

- ¡Oye! -

¿Cuándo habían entrado en confianza esos niños...?

- Pero yo si... - sonrió Can mientras se paraba dando un aplauso, para que los niños lo siguieran.

Y como patitos siguiendo a su mamá para cruzar la calle, los 5 niños siguieron a Can en fila detrás de el dirigiéndose al cuarto para buscar aquel esmalte rojo, una imagen digna de recordar.

Continuamos

¡Llego la segunda temporada! ¿Están listos?

Abrazos infinitos y besos.

Atte: Andy.

MARRIED BY ACCIDENT!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora