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17 de noviembre de 2032

Mansión Jenner

10:45Am

La mansión se encontraba en completo silencio, los chicos se habían ido temprano para el instituto dejando a Frannie en casa con Quinn, quien aún no daba señales de vida. Se encontraba en su oficina revisando algunos documentos de la empresa que Russell le había heredado, si bien, se mantenía en casa, como socia mayorista, una que otra vez debía ir a las reuniones de los socios para constatar que todo se encontrara en perfecto orden, algo había aprendido en sus clases de economía en la universidad.

Hacía algunos años había descubierto un desfalco en las finanzas de la empresa y desde entonces se había propuesto mantener en cintura los libros de contabilidad, pues de ese negocio dependía el futuro de sus hijos.

-Es tan raro verte en la oficina de Russell – le dijo Quinn haciéndola sobresaltar, ya que no la había escuchado llegar.

-¡Quinn! – exclamó con una mano en el pecho – la próxima vez haz algo de ruido al bajar – la rubia empezó a reír – y para tu información, alguien tiene que mantener en línea la empresa familiar – dijo volviendo la mirada hacía su computadora. – anoche no te escuché llegar.

-Llegué pasada la 1 de la mañana

-Entonces te lo pasaste muy bien – dijo con una sonrisa coqueta – ¿Cómo te fue?

-Bien – suspiró sentándose en uno de los asientos frente al escritorio – estuvimos hablando un rato y luego nos besamos – Frannie dejó de mirar su computadora al oír eso – pero realmente no sé en que punto estamos en este momento

-¿A que te refieres? – preguntó cerrando su computadora para prestarle atención a su hermana

-Nos besamos varias veces, pero... – se pasó la mano por el cuello – pero varias veces recalcó que ya no me ama – bajó la mirada para evitar que Frannie viera cuanto la lastimaba aquello.

-Quinn – le tomó de las manos sobre el escritorio – una vez lograste enamorarla, lo lograras esta vez y a diferencia de esa vez, tendrás todo mi apoyo en esto. Se que la situación es distinta y claramente...

-¿Claramente qué?

-Quinn – se pasó la lengua por los labios – la diferencia de edad es bastante notoria

-No ha diferencia de edad Frannie – dijo algo fastidiada soltando las manos de su hermana – al igual que ella yo también tengo 38 años...aunque no lo parezca – murmuró para sí misma.

-Lo sé Quinn – rodeó el escritorio antes de agacharse frente a la rubia – pero, ¿Realmente te sientes como una mujer de 38 años? – la miró fijamente sabiendo que la respuesta era negativa – nos guste o no, tienes mental y físicamente 18 años Quinn y me temó que Rachel no ve a una mujer de 38 si no a una chica de 18 y al igual que ella lo hizo, tú tienes un largo camino que recorrer. Ella hizo su vida, se casó, hizo realidad sus sueños y demás, pero tú – sonrió tristemente – la vida te ha dado una nueva oportunidad para hacerlo Quinn, puedes llegar a hacer todo lo que tu quieras, el dinero ya no es problema para ti. Lo que no quiero es que pierdas de vista tu futuro, tus sueños por ella... si logras conquistarla excelente Quinn, pero si no, no quiero que te deprimas, tienes que seguir adelante... no tienes que decirme nada – aclaró al ver el rostro de su hermana – pero medítalo, sea cual sea la decisión que tomes, yo voy a estar contigo – le apretó la mano – eres mi hermana y te quiero.

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