Nuestra primera vez

6 0 0
                                    

Hoy recorrí el altar de tu inmaculado y santo cuerpo.
En la cascada de tu cabello me sumergí y bebo,
El brebaje de mis pasiones y de aquellos deseos.
Que tú provocas con tu mirada y sin nada de celos.

Tus manos en mi espalda con fuerza se clavaban.
¡Dios mío! Que sensación más exquisita y alocada.
Tu cintura me seduce sin control y mesura en la cama.
No me resisto a tus besos y a tus caricias desenfrenadas.

Tu respiración la siento sutilmente agitada; e invocaba a
mi lengua navegando por tus pechos y tu piel mojada,
De sudor y de fluidos que adornaban aquella cama.
Sólo éramos tú y yo sin control en un camino hacia la fama.

Besando tu cuello escuché las siete celestiales campanas.
El llamado al paraíso lo sentí mientras te tocaba.
Cada rincón escuche tus gemidos sin ninguna calma.
En tu flor encontré la paz que tanto anhelaba.

En cada gota de sudor existe un beso pintado en la sábana.
Mientras tus piernas me encerraban y me torturaban.
Dulce tortura que pido a gritos mientras me besabas.
Sólo contigo quiero llegar al clímax de tu pasión y alma.

Fue nuestra primera vez y pronto será otra vez.
Otra primera vez, para empezar lo que no podíamos terminar.
Te entiendo amada mía, los nervios nos consumían.
Aun así, disfruté cada segundo y minuto junto a ti.

Emociones siento y tontamente nervioso me encuentro.
Verte desnuda es una obra maestra sin duda alguna.
El Santo Grial de pasados milenios, de forma absoluta.
La arquitectura perfecta de tu hermosa belleza griega.

En esta tarde vi las estrellas bajando por tu espalda.
Paseando por las calles del paseo de la fama.
En tus caderas un concierto de rock yo escuchaba.
Un escultor con manos de Dios yo casi acababa.

Cuento las horas para volver contigo a nuestro lecho y calma.
Sujeto a tus besos apasionados y caricias prohibidas.
Quiero tu mano acariciando mi espíritu erguido.
Mis dedos recorrerán tu flor y aquel lugar prohibido.

Fue nuestra primera vez con un dulce sabor a piel.
Aquella vez que casi acabe durmiendo en tu ser.
Bajaría por tu cuerpo con besos y gemidos otra vez.
Mojarme en ti al ver tu cuerpo temblar una y otra vez.

Y yo te digo a ti; hermosa y linda princesa mía.
Quédate a mi lado para regalarte no noches sin espera.
Días de eternos "te quiero" y dulces "te amo"
Tan sólo tú y sólo tú, yo tu nombre con fervor aclamo.

Quiero estar contigo nuevamente en aquella cama.
Conversaciones y risas serán nuestros pasatiempos y horas.
Quiero verte amor mío tiernamente alocada.
Seré tuyo cuando sientas mi cuerpo en ardientes llamas.

Aun te escucho pronunciar mi nombre mi linda hada.

Tu respiración eterna y dolorosamente agitada

Será mi oración y rezo de cada soleada mañana.

Despertaré junto a ti durante mil años y resucitado en tu alma.

Mi PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora