Un pequeño Quetzal loco se volvía, pues un sin fin de pensamientos atiborraban su mente. Uno tras otro llegaban, sin detenerse. Un día, por fin, encontró la solución: decidió plasmar por escrito esas acosadoras divagaciones y así en paz pudo estar y...
A menudo , y estoy seguro que pocos la sienten, una sensación melodiosa me invade. Aflora sin parar a tal punto que me siento más raro de lo usual; siendo una melancolía recreadora, una_felicidad destructora o, bien, una mezcla de ambos sentires...
Es una fuente de inspiración que jamás acabará, sin embargo, aflora paulatinamente y de forma fugaz. Es la fuente inmesurada de mi extasis así como abismo interminable de agonía...
Pese a eso, no lamento que exista tal huracán, tal tornado hecho de fuego y agua; esas emociones supuestamente incompatibles que siempre terminan conectadas.
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