Carta VII

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Querido chico del violín:

    Cuando te dije que no te dejaría fácil que supieras  quien soy no bromeaba.

     Ese plan tuyo de sentarte en una esquina alejada de la puerta del salón  toda la mañana (aunque no sé como le hiciste para no asistir a  clases) para descubrirme estuvo bastante bien pero olvidaste colocar en silencio tu celular.

       Así que cuando fui a dejarte la carta de ayer lo que me advirtió de tu presencia fue el sonido que hizo tu celular mientras recibías una llamada y tu voz al responder la misma.

    Y yo  por supuesto, aproveche que estabas distraído hablando para introducir la carta bajo la puerta y correr.

   Veo que tienes muchas ganas de saber quien soy y quizá algún día lo sepas, claro  si me atrevo a confesartelo.

Atentamente:

Una anónima que ama como tocas el violín.

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Hola ¿Qué les pareció? Como ven la anónima fue  ¡salvada por el celular! Gracias por sus votos y comentarios, nos leemos pronto.

Ale.

Querido chico del violínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora