Two Princes (Traducción)

Two Princes

A estas alturas, Arturo está acostumbrado a los desfiles de personas entrando en el castillo. Ya debería ser un experto en cómo hacer sonreír y encantar a todos los hombres y mujeres nobles que les visitan. Y en su mayor parte lo hace. Lo ha estado haciendo desde que era joven, incluso antes de que realmente entendiera exactamente lo que estaba haciendo o por qué. Sabía que su padre se lo había pedido y quería hacer feliz a su padre.

Ahora no se trata tanto de hacerlo feliz como de asegurarse de que no se enfade. Aunque sí hay una diferencia, muchas gracias Morgana.

Hace lo que tiene que hacer. Juega el papel de feliz príncipe y entretiene a sus invitados, pero es todo para mostrar.

Por una vez desea no tener que poner esas sonrisas falsas y pretender preocuparse por lo que a Lady Meredith le gusta desayunar. O cuánto más grande es el castillo de Lord Eldred en comparación con su castillo aquí en Camelot. Todo es inútil.

Su padre no lo creía. Lo sabe. Cree que todo vale la pena si pueden mantener a los aliados, sin importar cuán horribles o aburridas puedan ser.

Entonces, cuando se entera de que el rey Balinor y la reina Hunith vendrán de visita desde Ealdor con su hijo, el príncipe Merlín, Arturo está lejos de sentirse emocionado. No es que tenga algo en contra de ellos. Le gustaban el rey y la reina desde que les conoció años atrás, antes de que naciera Merlín. No les han visitado desde entonces, por lo que nunca se ha encontrado con el príncipe. Pero si se parece a los otros príncipes y princesas con los que Arturo ha tenido que cumplir, cree que preferiría pasar.

Desafortunadamente, no depende de Arturo.

"He oído que Merlín es adorable", le dice Morgana. "Desgarbado y un poco torpe, pero lindo. Y dulce."

"Entonces tal vez deberías hacerle tu pareja y casarte con él", murmura Arturo.

"Creo que ambos sabemos que Merlín no es mi tipo", dice Morgana, dándole una sonrisa irónica. "Al igual que todas las damas y princesas nobles no son tu tipo".

A Arturo no le gusta el brillo de conocimiento en sus ojos. Su tono tiene una nota de advertencia cuando habla. "Morgana".

"Relájate, Arturo, no voy a decírselo a nadie", le asegura. "Aunque quién sabe, tal vez Merlín podría terminar siendo tu pareja".

Arturo pone los ojos en blanco. Lo duda. La mayoría de los príncipes que vienen a visitarles tienen un gran ego. No todos, por supuesto. Algunos han acabado siendo grandes amigos. Pero la mayoría de ellos sí. Arturo prefiere tirarse desde la torre del castillo a tener que casarse con ellos.

Así que no se hace ilusiones de que Merlín sea diferente, a pesar de lo que Morgana le dice.

Cuando llega el día en que Merlín y sus padres llegarían, Arturo está esperando en la sala del trono con Morgana y su padre. Algunos de los caballeros y nobles también se reúnen alrededor, ansiosos por echar un vistazo a los miembros de la familia real.

Las puertas se abren y entran tres personas, todas vestidas con ropa elegante para montar. Hay un hombre y una mujer que Arturo recuerda como el rey Balinor y la reina Hunith.

Arturo solo puede mirar fijamente mientras sus ojos se posan en el hombre que está de pie junto a Hunith. Ha visto su parte justa de príncipes guapos, pero ninguno se ha visto así. Hay casi una especie de belleza sobrenatural en él.

Su piel se ve pálida contra su pelo negro y sus ojos son unos de los más azules que Arturo haya visto nunca. Y su sonrisa ...

Siente un fuerte golpe en las costillas y se da la vuelta para ver a Morgana sonriéndole "Estás babeando".