Como El chocolate Derretido.

01

—¡Dust!

Cinco de la mañana. Fue despertado por su pequeño hermano Okse. En un intento nulo de conciliar el sueño de nuevo, su hermano no dudó el darle un bofetada.

—¡OYE!—vociferó frotando con una mano la zona afectada por las pequeñas manos de su hermano—. ¡No me golpees!

El pequeño río con malicia. Y Con rapidez —y antes de recibir una paliza de su hermano mayor— salió de la habitación.

El mayor gruñó con molestia, las manos de su hermano podrían ser de todo, menos suaves.

No había sido despertado para nada, por lo que se dispuso a hacer los pendientes de la casa, entre ellos estaba alistar a su hermanito para la escuela, hacer el desayuno, dejar merienda para que su hermano no se muera de hambre cuando la escuela termine, limpiar la casa antes de irse al trabajo.

Era mucho, por esto se despertaba muy temprano. Lo único malo era que sus horas de sueño eran pocas —A diferencia de su hermano pequeño, que lo despertaba y volvía a su sueño. Era sorprendente rápido la manera en que conciliaba el sueño—.

Bajo las escaleras con rapidez hacia la sala. Ahí yacía la mochila de Okse, ya lista para ser revisada. Inmediatamente abrió la mochila sin cuidado, revisó las libretas, entre ellas la más importante: Su libreta de apuntes, o de tareas pendientes. Este tenía un gracioso estampado del rayo McQueen, y una frase característica de este "¡Ka-chow!" Para ser exactos.

Terminó de leer sus asuntos y tareas pendientes, procurando siempre que haya  cumplido con todas. Seguido volvió a arreglar la mochila, poner los libros y libretas en sus lugares correspondientes.

Revisar las tareas de Okse, listo.

Debía hacer el Lunch de Okse, vaya que ese Niño como mucho. No tiene fondo. No tardo mucho en hacer esto, ya que ya tenía planeado qué clase de comida iba a preparar.

Esta consistía en un sándwich de mozzarella tostado con aceite, unas zanahorias bebés cortadas a las mitad —Lo cual no tiene mucho sentido— acompañado de chile, por último —Si no contamos la limonada— unas galletas saladas con queso crema.

Lunch de Okse, listo.

Lo siguiente en la lista es prepara a Okse para la escuela, pero seguía siendo demasiado temprano. Por lo cual decidió ver la televisión un rato, en cuanto pasaban las horas para alistar a Okse.

No solía perder el tiempo cuando de tareas de la casa se trataba, pero realmente estaba muy cansado. Los días anteriores fueron muy ajetreados para Dust, solo quería descansar un poco. El programa se tornó aburrido y al poco tiempo cayó en un pesado sueño.

No fue si no hasta las ocho de la mañana fue cuando Okse lo despertó, con una cachetada, como es costumbre.

—D E S P I E R T A—vociferó el pequeño, enfatizando cada palabra haciendo una pausa entre cada letra—. ¡Son las ocho! ¡Necesito ir a la escuela!

¿Ocho dijo? El tiempo en el sueño pasa muy rápido.

Casi más rápido que la velocidad de la luz fue corriendo a dejar a su hermano en la primaria, afortunadamente llegaron a tiempo.

Todos sus planes para hacer hoy fueron frustrados por unas horas de sueño. ¿Qué se le va a hacer? Todavía necesitaba apurarse para ir al trabajo, no podía rendirse por dormir.

Sería un día largo.

Pinche coraje que tengo desde que me dormí en la mañana y no pude terminar mis pendientes.

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