Ofuscación Nominal (SAO x Male Reader)

Capitulo 19

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 Creyeron que sería una broma del día de las bromas pero era yo,

 ¡¡¡EL VERDADERO CAPÍTULO!!

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Lugar: Hollow Area – (Zona de la Bahía) – Día 4 - Siesta/Tarde...

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Posterior a nuestro encuentro con el dragón de la zona de la torre, pospusimos nuestra travesía para descansar, por lo menos, hasta pasado el mediodía.

Mientras Philia descansaba en la zona de control, yo decidí visitar el pueblo para conseguir algunas provisiones y continuar buscando rastros de los miembros del Ataúd Risueño.

No iba a permitir que hiciesen de las suyas...

Una vez, acabado nuestro almuerzo, utilizamos el transportador para aparecer en la nueva zona, La Bahía de las Hojas, la cual constaba de varios islotes con salida a un amplio mar.

Desviándome del tema, algo que había comenzado a notar era el extraño comportamiento reciente de Philia. Siempre la veía pensativa o distraída. Había estado así desde que luchamos con Zodiath. Al principio pensé que sólo era mi imaginación, pero, durante el almuerzo, fue evidente para mí que algo la estaba preocupando.

Entonces se me ocurrió que explorar un nuevo territorio le ayudaría a distraer su mente. Nada como unos bellos riscos, arena blanca, la brisa del mar y tesoros ocultos para mejorar el humor de una cazatesoros.

- Ohhh. Es una playa muy bella- dijo la pelirroja admirando los alrededores. Debe haber toda clase de peces monstruo y anfibios por aquí.

- Es lo más probable – contesté.

- Oye mira, hay una extraña cueva por allá– agregó señalando la base de los riscos. Me pregunto sí....

Interrumpí su diálogo con una súbita risa.

- Choto, Hiro, ¿de qué te ríes?

- Apenas hemos llegado y ya estás pensando en algún tesoro, ¿Philia? Veo que el trabajo de una cazatesoros nunca termina – dije jocosamente.

- Mooo, no te rías, después de todo, el que hablaba de lo que encontraríamos aquí eras tú.

- ¡Por supuesto, lo mío es simple curiosidad sana!! – exclamé alzando mi dedo índice con orgullo. Pero bueno, será mejor que pongamos nuestras cualidades en buen uso y nos centremos en la misión.

En vista de que el cambio de escenario había ayudado un poco a mejorar el humor de mi compañera, nos aventurarnos hacia lo profundo de la isla principal. Al avanzar, la vegetación se volvía menos prominente y podían divisarse algunas ruinas. Cortando camino por una pequeña senda, acabamos hallando una simpática capilla y justo a su lado, estaba un hombre alto, de barba rubia, vestido con una larga túnica oscura, cortando leña.

- Eh... ¿Disculpe? dije educadamente.

- Oh, bienvenidos, siempre es un placer que nuevos visitantes lleguen a nuestro humilde templo- contestó. ¿Tienen algo que deseen sacar de su pecho?

Espero que no lo diga en sentido literal- pensé mirando el hacha con nerviosismo.

- ¿Habla de alguna confesión? – pregunté en voz alta.