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El alarmante sonido de las sirenas de la patrulla de policía no ayudaba a que Brandon razonara acerca de la pista encontrada. La puerta estaba siendo forzada, algún oficial entraría en cualquier momento y lo descubriría. El miedo lo superaba, lo único que pudo hacer antes de que la puerta se abriera por completo fue subir rápidamente las escaleras y encerrarse en la habitación de la difunta pareja. Dejó los archivos en la escena del crimen en la habitación cuando bajó a la cocina... Ahora estaba preocupado que los oficiales los notaran y se las llevaran, debido a que los reportes estaban cubiertos por sus huellas. No era su culpa el tener una pésima memoria. Debía llevar siempre consigo un apoyo que lo ayudara a recordar detalles importantes...

Al entrar a la obscura habitación y cerrar la puerta tras de sí, pudo escuchar las voces de al menos dos policías en el primer piso. Sus pisadas podías ser escuchada por el agudo oído de Brandon, quien lentamente se alejaba de la puerta. Pensaba en una forma de entrar a la habitación en la que se encontraban los documentos de modo que no lo notaran en el acto.

Tal vez no fue la mejor manera de hacerlo, pero sintió que no tenía otra opción. Abrió la ventana de la habitación y notó que, a unos dos metros y medio de altura se encontraba el techo. Rápidamente tomó una silla perteneciente a un escritorio ubicado en la esquina de la habitación, lo llevó hacia la ventana y se subió sobre el mismo. Sosteniéndose del marco de la ventana, estiró su mano y logró tomar la orilla del techo. Aferrándose a ella, estiró su otra mano y se sostuvo con firmeza.

Subió al techo sin más problemas. El esfuerzo que realizó lo dejó sin aliento por unos momentos, ya que no era una persona muy fuerte. Sin embargo no quería tomarse un tiempo para recuperarse. Se arrastró cautelosamente hacia el lugar en donde se hallaba la ventana de la habitación con el mensaje. La obscuridad y la altitud lo ayudaban a mantenerse oculto, el viento movía su cabello, al igual que su suéter, era una sensación que le agradaba bastante. Aprovechó el momento para realizar una llamada...

Lentamente descendió hacia la ventana, sosteniéndose del techo con ambas manos. Al cerciorarse de que no hubiera nadie en la habitación, abrió la ventana y colocó un pie dentro, luego se lanzó sobre la cama... El archivo se encontraba en el suelo. Se escabulló sobre el colchón, estiró su mano y tomó la carpeta... La luz de las linternas se aproximaban al segundo piso, los policías preguntaban si alguien se encontraba en el lugar, Brandon comenzó a entrar en pánico, no sabía qué hacer.

-¡POLICÍA! ¡ALTO AHÍ! – grito uno de los oficiales mientras alumbraba a Brandon, quien le daba la espalda a los policías, mientras atravesaba la ventana para alcanzar el techo, sosteniendo la carpeta con su boca. Su capucha cubría buena parte de su rostro, por los que los oficiales no pudieron identificarlo. El agarre de Brandon no fue lo suficientemente firme como para sostenerse, su pulso temblaba, respiraba entrecortadamente, el nerviosismo pudo con él, provocando que este resbalara, cayendo así hacia el suelo.

Confundidos, los oficiales se aproximaron hacia la ventana, preocupados porque algo le hubiese pasado al chico. Iluminaron con sus linternas la parte inferior y observaron a Brandon tirado sobre algunos arbustos. Emitía quejidos de dolor mientras se retorcía sobre sí mismo.

El dolor se hizo presente en la pierna y brazo izquierdo del chico, quien trataba de levantarse de los arbustos sobre los que se encontraba para poder escapar de la escena. Los oficiales se habían marchado de la habitación y bajaron raudamente las escaleras, Atravesaron la sala, corrieron hacia la cocina y abrieron la puerta trasera, solo para darse cuenta de que el joven se había marchado.

A unas cuadras de distancia, Brandon emergió de entre los arbustos del patio trasero de algún hogar vecino. Estaba cubierto de hojas, ramas y tierra. Le costaba caminar debido al dolor de su pierna. Se hizo con una vara que utilizó como bastón, la cual consiguió de camino a la cafetería, en donde un taxi lo estaría esperando para llevarlo a casa. El taxista tocaba su bocina, indicándole que se apresurara. "Fue una buena idea llamar a un taxi mientras estaba en el techo" – Se dijo a sí mismo mientras entraba al auto y cerraba la puerta tras de sí.

ANONWhere stories live. Discover now