El Otro (Grayson Dolan)

Capítulo 2

En eso pasa Anne gritando –WUUUUUUUU!!!!!!!!!!- viéndonos con una cara pícara.

Seguimos bailando un buen rato, hasta que Samuel inesperadamente habla

-¿Quieres ir a otro lado? – me preguntó

A lo que respondí –Sí, quiero sentarme un rato- a lo que me respondió con una risa y agarró mi mano para llevarme al otro salón del lugar.

Estábamos hablando cómodamente, incluyendo estupideces, nuestros amigos y más temas triviales, hasta que llegamos al tema del amor y entonces...

-El amor es una mierda- soltó él sin más

-¿Por qué?- le pregunté algo confundida

-Ya vez lo que paso con Bella (su ex novia)- yo asentí porque sabía lo que había pasado y como a él lo destrozó su engaño. 

- Ella tiene la culpa, no todas somos así- le respondí y el solo sonrío y me miró fijamente a los ojos.

Pensaba en qué le estaba pasando a Samuel ya que se estaba portan muy extraño, nunca habíamos pasado de una charla de dos minutos, aunque nos llevábamos relativamente bien.

El DJ habló – Ahora nos ponemos un poco románticos, así que agarren a sus parejas que esto se va a poner bueno-

Estaba algo distraída, hasta que siento unas manos en mi cintura.

 Sacándome de mis pensamientos, encuentro a Samuel muy sonriente viéndome otra vez a los ojos y acercándome cada vez más hacia él.

Fue ahí cuando me dijo al oído –Estas hermosísima- yo no sabía porque pero sonreí un poco embobada.

Bueno en mi defensa él es muy atractivo y por lo general no hablamos mucho, pero siempre fuimos parte del mismo grupo de amigos.

Hubo un tiempo donde le detestaba muchísimo, con solo decirles que no podía ni siquiera verlo ya que su presencia me desagradaba.

Pero llegue a conocerlo y entablar conversaciones cortas pero sin duda hizo que todo mejorara.

Estando los dos solos en ese salón no sabía que podía llegar a pasar, no estaba en mis cinco sentidos para poder controlar la situación.

Seguimos bailando por un buen rato, entonces sentí que mis pies comenzaron a doler.

Él lo noto.-Ven siéntate- me pidió, haciéndome señas con sus manos para que se me sentara a su lado.

Otra vez tuvimos nuestra conversación muy extensa de cualquier cosa (me resultaba sencillo hablar con él y no sé porque, este último rato ha sido muy confuso para mí.)

Fue cuando apareció Anne.