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La he cagado.

El dolor de cabeza va en aumento conformé pasa el día y las llamadas no cesan. Una a una rechazo hasta que llega el momento en el que las ganas de tirar el objeto por la ventana o estrellarlo contra el piso me llevan a  apagarlo. La he cagado. Y las consecuencias de romper mis propias reglas caen sobre mi, por lo que el constante mal humor se apodera de mi ser y me estropea la vida. Ya no duermo de la misma manera y estoy paranoico todo el tiempo, además de distraído. Y todo el jodido mundo lo comienza a notar. Hasta la secretaria que siempre está tan distraída y si bastará tengo que soportar las constantes preguntas de mi esposa. El eterno ¿Seguro estás bien? Qué pronuncia todo el maldito tiempo, recibiendo un cada vez mas forzado "Estoy bien".

Mi problema tiene nombre y pene. Zayn Malik. Aún recuerdo la primera vez que me lie con él en un asqueroso cubículo. Un simple polvo que debió quedarse en ello. Pero la he cagado. Me he creído lo suficientemente inteligente para tener una doble vida que no se quedará en simples polvos semanales. Lo he jodido y a sido desde el momento en él que regrese a ese bar con la intención de repetir con Zayn. Y el error simplemente comenzó a repetirse, hasta el momento en el que me di cuenta que estaba hundido en la mierda hasta la nariz. Porque me he envolucrado demasiado y he tardado demasiado en darme cuenta que Zayn hacé mucho dejó de confirmarse con las migajas de amor que tiene conmigo. Cuando decidió que quiere más, que quiere todo. Algo que por supuesto no puedo darle. Y ahora todo se me ha ido de las manos y Zayn a pasado de volverse el santuario donde encontraba paz a un insoportable dolor de culo. Un arma de doble filo.

Una relación que yo mismo he forzado y que ahora no tengo ni puta idea de cómo terminar.

Bien hecho Harry.

Señor, le están esperando...

No noto la presencia de Eleonor hasta que se dirige a mí y con desgano aparto la mirada del maldito cielo que juega con nosotros, haciéndonos creer que será soleado cuando seguirá tan gris como todos los días. Le miró desganado y recuerdo de manera súbita mis responsabilidades. Juntas y más juntas. Pero. ¿No era eso lo que quería? Asiento, sin demasiadas energías, haciendo el amago de levantarme de mi silla y antes de que Eleanor formule la pregunta la veo formándose en su maldita boquita.

— ¿Seguro que está bien?— Me mira como si estuviera mirando a alguien muy jodido y trato de recordar la imagen que me ha dado el espejo esa mañana, seguro que no me veo como me hacen sentir al repetir la insiosa preguntilla como si fueran máquinas programados.

Aún así sonrió, logrando apenas una mueca.

—Seguro— contestó, con toda la seguridad que logró reunir y Eleonor asiente poco convencida.— Será mejor que nos demos prisa, ya vamos tarde ¿No?

No hablamos más y lo agradezco.

Eleonor se apresura a salir haciendo sonar sus tacones y yo la sigo, cerrando el botón de mi saco, tratando de creer que Eleanor solo exagera y no luzco tan... Inestable. Entramos al elevador y decido prender el celular y me arrepiento al instante cuando comienza a llegar los mensajes de Zayn. Los leeo uno a uno, sintiendo como la cabeza comienza a punzarme. Zayn a dejado de pedir las cosas por las buenas y en cambio ahora me amenaza, asegurándome qué si no corro a su encuentro me buscara él mismo y dará con esa vida "secreta" que asegura tengo. Y es que al parecer no soy el único que aparenta. Zayn también es bueno con ello. Escondiendo su verdadera personalidad. No es él típico chaval buena onda, de mente abierta y aire de libertad. Zayn es caprichoso e intenso, celoso. La clase de chico que quiere controlar todo lo que tiene a la mano y que se niega a ser plato de segunda mesa. No es un buen amante. Es peligroso.

El elevador se abre y Eleonor se apresura a salir mientras yo tardo un segundo, mirando el último mensaje que Zayn a enviado.

Ven. Ahora.

Eleonor— Le llamó y enseguida se detienen, girando para mirarme— ¿Me consigues algo para el dolor de cabeza?

—Enseguida.

Eficiente vuelve al elevador y yo espero a que desaparezca para apretar el celular entre las manos hasta que duele y logró estabilizarme para no estrellar el objeto contra la pared, negándome a permitir que me afecte de esa manera, sin embargó tiemblo cuando tecleo una simple respuesta.

Después del trabajo, ahora no puedo.






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