Único

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En cuanto Ravi se aceró a Leo y Sang Hyuk, este último salió disparado gritando que necesitaba hablar con Nai urgentemente, ambos primos se voltearon a ver algo extrañados, hasta que el mayor de los dos se encogió de hombros, como gesto de que ya estaba acostumbrado a las despedidas del menor de esa manera.

Y puede que Hyuk fuera algo escurridizo a la hora de encontrarse al aire libre, pero todo eso se debía a una —no — muy pequeña afición por observar aves. Sí, era raro ya que mientras la gran mayoría de personas de su misma edad se divertían jugando video juegos o saliendo a pasear con sus amigos o parejas, Sang Hyuk utilizaba ese tiempo libre para observar aves, lo que para todos los demás parecía algo ridículo, sin embargo, para él no lo era.

En cuanto estuvo montado en su bicicleta, pedaleó tan rápido por la avenida que casi fue atropellado por un auto en un cruce. Y ahí estaba otro de sus defectos, debido a que ser imprudente, era algo que solía acarrearle grandes problemas. Afortunadamente no ocurrió nada y una vez que se disculpó con el conductor del auto azul, prosiguió su camino y en cuanto cruzó la verja de su casa, subió hasta su cuarto casi sin aliento hasta tomar su diario a quien había llamado Nai.

¿Por qué? Porque así cuando la gente preguntara que estaba haciendo, simplemente podía decir que estuvo hablando con Naí y nadie se burlaría de él por tener un diario, siendo que aquellos objetos suelen ser más para mujeres.

Deslizó los dedos rápidamente por las hojas gastadas y algo amarillentas que tenía el diario, hasta encontrar una en blanco, la cual, no perdió tiempo en comenzar a rellenar con el bolígrafo color azul adherido a una de las solapas del mismo.

Escribió el color y la forma de la curvatura del pico, tal cual, si hubiera estado entre sus manos y no a varios metros de distancia desde el lugar en donde lo había divisado, cuando Leo le habló sobre el bonito día que estaba haciendo — soleado y sin una sola nube, pero por ser principios de abril sin ser demasiado caluroso —. Con soltura rememoró a detalle el color del plumaje y describió el aproximado del tamaño del pequeño petirrojo que había visto aquella mañana. Una vez que terminó, soltó a Nai de entre sus manos solo para abrazarla fuertemente contra su pecho, porque aquel diario era su posesión más preciada. Después de guardarlo con sumo cuidado entre uno de los cajones de su mesita de dormir, tomo su teléfono móvil solo para entrar a una aplicación y marcar la casilla debajo de la imagen dirigida al petirrojo.

— Este va a hacer un excelente verano... — se dijo a sí mismo una vez que repasó las imágenes de todas las aves que aún le faltaba por encontrar, así como aquellas que ya habían sido marcadas exitosamente con una palomita de color verde.

Más tarde, ese mismo día durante la cena con sus padres, recibió una noticia poco valorada para sus amigos, que esperaban hacer una gran fiesta con motivo del inicio de las vacaciones. Pero que, para Hyuk, significa más horas al lado de Nai.

—... ¿Y cuando salimos?

— El próximo domingo — respondió su padre alegremente.

Hyuk fingió desinterés al escuchar aquella respuesta, aunque por dentro había una fiesta con fuegos artificiales y bailaba salsa consigo mismo.




* * *




Retratar aves exóticas era un trabajo que, si bien la paga era buena, también implicaba que tuviera que trasladarse a lugares en los que tanto la urbanización, así como la civilización eran poco conocidas. En resumen, si algo le llegara a pasar o si alguna de sus cámaras sufría algún daño, toda la información recabada se iría a la basura, y tendría que comenzar de nuevo.

Ornitología [HyukBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora