NazArg

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Pov narrador

Era un tarde tranquila, aquella albiceleste cuidaba del alemán enseñándole todo que sabía sobre su historia, cultura, y creencias.

El sol pasaba por aquel gran ventanal, dando un hermoso color anaranjado dentro de aquella gran casa, solo se podían escuchar los pájaros cantar, el viento soplar, y, ¿un automóvil aproximarse?.

Cuando la albiceleste escuchó es, se levantó confundida, le dijo al pequeño alemán que siguiera leyendo, que ella volvería en unos minutos.

Fue esta la puerta tomo un abrigo, se lo puso ya que no era una época de calor que digamos, abrió la puerta y salió a ver, por que tanto ruido ahí afuera.

Vio como el auto se estacionó, un hombre alto de test roja bajo de aquel auto, la sureña dio un ligero suspiro cuando vio de quien se trataba.

_Ich hatte nicht erwartet, dass er stundenlang kommen würde[no esperaba que viniera astas horas]_dijo con respeto ya que el hera alguien de mucho respeto.

_Es tut mir leid, dass ich Ihnen nicht gesagt habe, dass ich komme, die Arbeit ist fast abgeschlossen und ich habe nicht einmal Zeit, meinen Sohn zu besuchen[perdon por no avisarte de que vendria, el trabajo ya casi y no me da tiempo ni para poder venir a ver a mi hijo]_dijo poniéndose en frente de la albiceleste, quien la miraba con una pequeña sonrisa.

_Es ist verständlich, komm rein, dein Sohn wird sich sehr freuen, dich zu sehen[es comprensible, venga pase, su hijo va a estar muy contento de verlo]_la albiceleste dijo de forma que el alemán la siguiera hasta dentro de la casa, a lo que el, la siguió con gusto.

Cuando ambos entraron, se sacaron los abrigos y los colgaron, ya que dentro de la casa ya hacía una temperatura considerablemente desente.

La albiceleste lo guió hasta donde se encontraba aquel niño tranquilamente leyendo, quien cuando vio al de test roja, dejó su libro y fue a abrazar al más alto, quien lo recibió con una gran sonrisa, dándole mismos y diciendo cosas como, "te extrañé" o "me gustaría pasar más tiempo contigo pero con el trabajo mi tiempo no es mucho", pero al pequeño los le importaba, ya que por fin estaba con su tan querido padre.

_Willst du etwas trinken? Kaffee? oder tust du[¿quiere tomar algo?, ¿cafe? o ¿te?]_ella estaba por ir a la cocina a preparar algo, ya que ahora poseía la presencia del nazi el aquella casa, y ahora era el su invitado.

_Kaffee_fue lo único que dijo, no le dirigió la mirada, ya que el estaba muy atento hacía su presiado hijo, quien hablaba con su padre muy felizmente.

Ella simplemente fue a la cocina a poner agua a calentar, ya que tenía que preparar ambas tazas de café, lo cual no le molestaba.

Una vez preparo todo fue a la sala con una bandeja con ambas tazas de café, las dejo encima de aquella hermosa y grande mesa.

Ambos países hablaban de lo más tranquilos, las horas pasaron rápido, ya se había hecho de noche, a lo que la sureña le ofreció al nazi a quedarse con ellos a cenar, a lo que el aceptó sin mucha queja.

La cena no fue muy larga, ya que ambos alemanes comieron bastante rápido, pero la albiceleste comía con calma y delicadeza.

Ni ellos lo habían notado, pero una fuerte tormenta se había desatado, hera casi imposible salir de ahí, ya que el camino se había cubierto en fango, lo cual se le haría imposible salir de ahí sin que sus ruedas de atasquen.

A lo que la sureña preparó la habitación para invitados, a el no le molestaba quedarse en esa casa, ya que no hera la primera vez que se quedaba ahí.

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