Capítulo Único

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Esto se estaba volviendo parte de la rutina y no me agrada en lo absoluto.

Sin falta, en todas las noches pasa lo mismo.

Ash se despierta en la madrugada por culpa de esas horribles pesadillas y, para no abrumarlo más, yo hago oídos sordos a pesar de sentir sus ojos en mi espalda, debido a su temor por despertarme. Se levanta para ir al baño, esta un largo rato ahí y luego, vuelve para sentarse en la ventana unos minutos más para observar la calle. Al finalizar su ciclo, por fin se "duerme" otra vez.

Siempre era así pero, hoy decidí que ya había tenido suficiente con ignorar su sufrimiento y era hora de encararlo de frente.

Ya nos encontrábamos acostados hace un largo tiempo. Eso significa que no tardaría en empezar. Es horrible imaginarlo, pero es cierto; por lo que a penas sentí como despertaba de golpe, se giró hacia mí y antes de que pudiera hacer algo, corrió directo hacia el baño. Lo seguí y aguardé que terminara de mojarse el rostro. Me miró a través del espejo y se volteó a verme con una mueca de culpa y tristeza.

— Eiji, yo...—comenzó hablando Ash pero lo interrumpí de inmediato.

— No Ash, no te disculpes. Perdóname tú por no acompañarte nunca en estos momentos difíciles que has estado teniendo estos días... Ahora, ¿Qué te parece si me cuentas qué es lo que tanto te está atormentando en sueños? —pregunté gentilmente.

Ash no dijo nada pero pasó por mi lado dirigiéndose a mi cama, sentándose allí con las piernas cruzadas encima de ella y con la mirada perdida en algún punto de la habitación. Yo me senté junto a él apoyando mi mano sobre su hombro derecho. Me explicó todo con lujo de detalles. La mayoría de cosas ya las sabía aunque, escucharlas venir exclusivamente de él y con lágrimas cayéndole por esos hermosos ojos color jade, me partía el alma. Intenté calmarlo diciéndole cosas que venían desde más lo profundo de mi corazón. Estaba siendo cursi, lo sé, pero eso es lo que provocaba él en mí. Mi instinto protector se instala automáticamente, haciendo que tenga que dar todo hasta lograr que se tranquilice. Por lo terco y obstinado que soy, pude cumplir con mi objetivo.

Por haber estado llorando un largo rato, Ash, se encontraba descansando; con su cabeza en mi regazo, acostado en la cama y con la cara apuntando hacia arriba. Su rostro reflejaba paz y alivio, hasta podría atreverme a decir felicidad.

Al estar sentado, tenía un ángulo perfecto en el que podía observar cada minúsculo detalle de su fisonomía. Era tan bello, tan perfecto. ¿Cómo no caer flechado por este hombre? Me sonrojé ante ese pensamiento. Simplemente no puedo evitar pensar como un adolescente enamorado

Estaba tan embobado viéndolo que, inconscientemente, comencé a acercar las yemas de mis dedos hacia la piel de su rostro. Por suerte logré darme cuenta a tiempo y aparté mi mano al instante. El lince acababa de tener un ataque nervioso y por un capricho mío, casi hecho todo a perder. Atiné solo a acariciar su cabello, el cual, era sumamente sedoso y olía extremadamente bien.

Sonaba como un maldito acosador. Debía parar ya o iba a comenzar a tener miedo de mi mismo.

Ash se acomodó mejor gustoso por mi contacto y abrió sus ojos encontrándose con los míos.

— ¿Qué hora es?— preguntó adormilado, a la vez que tallaba sus ojos.

— Las 3 am, así que vuelve a dormir. — respondí, sin parar en ningún momento de acariciar sus hebras doradas.

— No tardaré mucho en hacerlo si sigues con estas caricias tan relajantes, Onii-chan. —

— Entonces no me detendré —

Si se puede amar, se puede todo. [BANANA FISH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora