La Maldición del Amor

Cuando el Amor pierde su Voluntad.

Mensaje de la AUTORA:

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CUANDO EL AMOR PIERDE SU VOLUNTAD

¿Amiga o enemiga? Rachel se sienta más profundo en el asiento trasero del taxi cuando el conductor pisa el freno. Ella no se atrevía a mirar fuera de la ventana con miedo de agarrar la mirada furiosa de la alta rubia que iba y venia en la esquina de la calle. Ella sabía como caminaba-- hombros atrás, brazos cruzados, rápidos pasos determinados. Parecía que hoy eran... Amienemigas.

Rachel suspiró y se empujó a si misma arriba dedicándole una sonrisa tensa al taxista que la miraba con curiosidad a través de su espejo retrovisor. Depende el día, o más precisamente el momento, la rubia alta-- Marissa Bale-- podía ser la mejor o la más enloquecedora amiga que Rachel tenía.

-Perdón. El tráfico...- Rachel se apresuró a explicar mientras le entregaba al conductor su tarifa y trataba de salir del taxi al mismo tiempo. La punta de su chaqueta quedo atrapada en la manija de la puerta, tirando de ella hacia atrás y tropezó, su trasero cayendo en primer lugar al suelo.

-Con clase.- Marissa resopló. Sus profundos ojos marrones estudiaron a Rachel mientras ella luchaba por desengancharse a si misma de la puerta. Miró su reloj y ajustó su costosa Hermes Purse en su hombro. Mientras Rachel seguía estaba enganchada, ella procedió a mirarse su manicura.

En un movimiento torpe de flexión el cual su cuerpo no fue creado para hacer, Rachel finalmente se las arregló para desengancharse. La pelea blazer vs. taxi dejo pedazos de su pelo marrón oscuro volando salvajemente. Ella cepillo los risos rebeldes de su cara y los metió de nuevo en su cola de caballo. De alguna manera a lo largo del camino su pollera logró deslizarse para arriba mostrando el short atlético que llevaba debajo. Al ver el short, los ojos de Marissa se ampliaron en disgusto -- ella ni muerta sería pescada llevando nada por el estilo.

-¿De enserio, Rach?- Ella sacudió su cabeza y se alejó, dándole la oportunidad a Rachel de acogerla.

Marissa era mucho más alta que Rachel y ésto solo le sumaba al hecho de que parecía una modelo en su uniforme de colegio. La blanca camisa de vestir se aferraba a sus perfectas curvas y estaba cubierta por una chaqueta azul meticulosamente presionada con botones de oro y una falda a juego que acentuaba sus largas piernas. Rachel no podía dejar de notar como Marisa consiguió hacer que su uniforme se vea como un conjunto que eligió llevar puesto. A diferencia de la suya, de gran tamaño, por fuera de la pollera, desabotonada y ahora rasgada. 

Rachel desempolvo su trasero y enderezo su falda. El conductor del taxi tocó la bocina con impaciencia mientras ella recolectaba sus cosas.

 Los ojos de Marissa se ensancharon y se dió la vuelta.

-¿Él estaba tocando la bocina?

-Rissa, no...

-¡Odio eso!- Ella empezó a caminar determinadamente hacia la puerta pero fue detenida por Rachel.

-Por favor, déjalo pasar esta vez.

-¿Dejarlo pasar?- Marissa se quejo, -a nadie se le deja pasar tratándote así.