Capítulo 3: El dolor y la tristeza son el primer paso.

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         Siempre he sentido una gran devoción hacia mi abuelo, siempre fue un gran hombre, siempre tan honesto, siempre tan decidido a ayudar, siempre dando lo mejor de sí mismo, me cuesta creer que…, debo seguir adelante.

         Antes de irme de casa de mis abuelos, decido dar una observada, en caso de que encuentre algo que pueda servirme de ayuda y así lo hago, mas no encuentro nada, sólo los cartuchos que ya había tomado, paso una vez más por la oficina de mi abuelo y recuerdo que él me mostro donde guardaba su mochila café o su “mochila de emergencia”, así le llamaba el, dentro de ella hay mucho dinero, un par de navajas de multi-herramienta y algunos antibióticos, la tomo, después de todo es una emergencia, sé que mi abuelo me diría que la tomara.

         Ahora sí, salgo de casa de mis abuelos, con 2 mochilas encima y mi tabla, me dirijo a mi casa después de asegurarme de cerrar bien. Durante el camino mi celular empieza a timbrar, -me llaman desde un número de casa-

-Contesto-
- ¿Quién habla?

- ¡Manuel!, ¡eres tú!, ¡por fin di con el número!

-Me quedo paralizado, el corazón se me acelera y todo el cuerpo se me tensa, reconozco esa voz, una vez más, las lágrimas corren, pero esta vez de alegría-

- ¡Aarón, eres tú!, ¡Sabia que no estabas muerto, lo sabía!, ¿Dónde estás?, ¿Dónde has estado?, ¿Estas bien, estas herido o algo?

-Tranquilo, si estoy bien, sólo un par de golpes, nada grave, estoy con mi abuela, ella también está bien

- Me da muchísimo gusto escuchar eso, no sabes lo asustado que estaba idiota, ¿Qué paso con tu teléfono?

- Lo olvide en la casa cuando todo se empezó a caer, probablemente quedo aplastado o se mojó, oye, necesito verte, ¿puedes ir ahora mismo a la lisa?

- ¿Ya ahora?, no estoy muy lejos, está bien, voy para allá

- Muchas gracias, necesito hablar contigo, te veo ahí, adiós.

- ¿Adiós?

- Aarón cuelga.

         Cambio de rumbo, ahora me dirijo a la Piedra Lisa, me quedo pensando bastante en la manera en que hablo Aarón, con un tono muy triste, pero, aun así, voy a prisas, estoy muy contento de que este vivo, muero de ganas por verlo.

         Después de un rato logro llegar y logro mirar a Aarón al fondo, en donde se encuentran las tirolesas, voy corriendo hacia él, le grito y voltea a verme con una sonrisa casi fingida, logro notar que esta triste, aun así, lo primero que hago es lanzarme con un abrazo, comienzo a llorar y entre sollozando digo, pensé que te había perdido.

-Se le escucha llorar-

Aarón habla;

-Escucha, necesito decirte unas cosas

-Dime, ¿Qué es lo que pasa?

-Mi abuela ya me dijo lo que paso con mis papás, ellos murieron en un tiroteo en Guadalajara y sabes, me siento sólo, siento que lo he perdido casi todo, sólo me quedan tú y mi abuela y ya no sé qué hacer, no sé cómo salir de esta, no sé de dónde voy a sacar valor para tomar al toro por los cuernos

-Empieza subir las escaleras de la tirolesa, las subo detrás de el-

-Lo que trato de decir es que estoy cansado de todo esto, simplemente quiero renunciar y acabar con todo este maldito dolor

-Pone su pie en la parte rota de la tirolesa, como si fuese a lanzarse-

-Aarón, ¿Qué estás haciendo?, ¡detente ahí, no seas estúpido!

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2019 ⏰

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