Capítulo 6: Inestable

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Humo, capítulo 6
Fandom: MysMe.
Pareja: Zen × MC
Generos: AU, Drama, Romance.
Autor: T.A (Shadow)
Disclaimer: Los personajes aqui presentados no son míos, pertenecen a la compañía Cheritz.  Hago uso de ellos para fines de entretenimiento, por y para fans. La imagen no me pertenece, todos los creditos a su autor.

— Hace unos días lo he notado un poco extraño. ¿Como cuando los conocí, recuerdas, Jaehee? — comentó la castaña a su amiga con notable preocupación en su rostro.

— Te entiendo, pero hay posibilidad que sea a causa del estrés. ¿No? — se acomodó los lentes en su pausa —. No es como que haya hecho algo malo, ¿o sí?

— Ha vuelto a fumar con más frecuencia, hace mucho que ha estado peleando contra sus adicciones. En ocasiones es el Zen de siempre, pero en momentos es como si volviera el Zen que solo quiere divertirse.

— Tal vez... No lo sé — suspiro —. Quizás deberíamos vigilarlo más, le comentaré al señor Han sobre esto.

— ¿Realmente crees que Jumin haga algo sobre eso? Quizás diga que lo hace para llamar la atención.

— Entonces quizás deberíamos llevarlo a terapia, ya sabes que ayudó mucho a Yoosung después de lo de Rika.

— Es verdad, mira que eso de encontrar a su prima colgando del techo de su habitación es traumante. Le pediré el contacto de su doctor.

— No es necesario, puedo contactarlo. Se trata de su relación después de todo, no sería bueno que alguno salga lastimado — acotó buscando en su bolso, seguro que era el móvil.

— Lo haces sonar como si fuéramos a terminar— suspiro cansada MC.

— No creo que eso pase, Zen te ama. No suspires tanto, se te escapará la felicidad — bromeó para aligerar el ambiente. Aunque a decir verdad Jaehee también estaba asustada del actuar de Zen, le había invitado a beber y otras cosas más, nada fuera de lo moralmente adecuado.

Su charla continuó y después de un poco cada chica se retiró, Kang aseguraba que Jumin le daría un gran regaño, así que apresuró su paso. MC se fue a trabajar, aun tenía un poco de tiempo. Hacia unos días que notaba al albino distante, muy similar a como cuando le veía en televisión o en el teatro, esos aires de lejanía se hacían más presentes cada tanto. ¿Y si salía con alguien más? No, sus amigos se abrían enterado y hubieran protegido a la castaña, porque simplemente eran como una familia. Una extraña y loca familia, donde todos estaban un tanto locos, ella también para estar con ellos. Cada uno con sus excentricidades, con sus lados oscuros, con sus heridas, con sus amores, sus sueños y anhelos.

— Saeyoung, ¿tienes congelados? — se asomó el Choi menor a la habitación del mayor que hacia unos minutos había sido noqueado por el cansancio excesivo. Lo miro y echó una ojeada a su computador —. «¿En qué te has metido ahora?» — se preguntó al ver tan extraño documento, salió sin más a encontrarse con el Kim.

— ¿Y el hielo? — le preguntó el rubio con una mejilla roja y los ojos con pequeños residuos de lágrimas en ellos.

— No hay, aguanta con esto — le lanzó una lata de Dr. Pepper helada. Al momento la atrapó y seguido la puso en su mejilla.

— Esto no me sirve — se dejó caer en la cama de Saeran.

Hace unos días había estado cambiando de lugar una y otra vez con el albino del juego, los cambios eran cada vez más marcados, su cuerpo comenzaba a mostrar los efectos secundarios a tan brusco alternado. Justo ese día se encontraba en el baño, había vomitado, su estómago estaba hecho un caos. Hacia unos momentos se encontraba ensayando, porque el otro Zen era un trabajolico y, a duras penas, podía ver a su novia después de saber que había obtenido un nuevo trabajo. Trabajo que lo estaba matando.
Se comenzó a preguntar si el otro Zen planeaba matarlo para quedarse con su cuerpo, lo más probable, pero inmediatamente otros pensamientos más macabros se plantaron en su mente para no salir de ahí.

— Este idiota va a matarme... — se enderezó y tiró de la cadena —. A este paso mi cuerpo no lo soportará y moriré, ni él podrá usarlo. Dios... ¿Desde cuando pienso de esta manera? — fue y se enjugo la boca, suspiro. Su rostro estaba aún más pálido, tenía unas pequeñas ojeras, acercó sus manos al maquillaje y se cubrió lo más posible.

La puerta sonó—. Zen, estamos esperando. Es tu turno en cinco minutos — anunció un chico del staff.

— ¡Gracias, en seguida voy! — respondió lo más jovial posible, era un gran actor después de todo.

Se apartó del espejo, corrigió su postura y se acercó a la puerta, tenía en claro que debía esforzarse. En cuestión de segundos miles de pensamientos cruzaron su mente. MC le preocupaba, era su amada después de todo, quería regresar a como era antes de tan extraño suceso, los besos, las citas, las caricias. Las largas charlas y sus planes a futuro. Estuvo a punto de llorar cuando abrió la puerta y la cruzó, se dió cuenta de que estaba en otro lugar, el cambio había sido más brusco, se desplomó en el suelo.

Dolor.

Sus ojos se abrieron y mostraron la chispa de la satisfacción, pero algo no estaba bien, se sintió mareado y su visión se tornó borrosa. ¿Qué sucedió? Se suponía que todo estaría bien, su cuerpo se curaba rápidamente, esto no debía pasar.

— Si descanso un poco me sentiré mejor, si. Seguro que ese chico está haciendo alguna dieta — aspiró y se sujetó del marco de la puerta sintiendo aún los ascos. Lentamente dejó salir el aire.

— Zen, estamos listos — anuncio nuevamente el chico y le dió una mirada, notó su estado de salud —. ¿Te encuentras bien? — se acercó preocupado.

— Si, no te preocupes. Todo está bien, es solo un pequeño mareo, en seguida voy. ¿Me darías unos dos minutos más? — le miro suplicante y se recargo en la pared.

— Sí, por supuesto. ¿Quieres un poco de agua? — preguntó dudoso en irse, la imagen era deplorable.

— No, gracias — le sonrió.

Tras convencer al chico se quedó un poco ahí hasta que le volvieron un poco las fuerzas y fue a su posición, el dolor en su cuerpo incrementó. Definitivamente algo estaba mal. Había cambios en comparación a su mundo, había posiblidad de que también en su cuerpo. Una revisión médica sería buena opción si no fueran a tacharlo de loco, nadie le creería si dijera que es a causa de saltar de una dimensión a otra.
¿Y si mataba al otro Zen? ¿Seria capaz de seguir usando su cuerpo? También había una opción más, ambos morirían.

— «O simplemente quedarme con su cuerpo» — pensó tomando una botella de agua, comenzó a beber el líquido.

Mientras completaba las actividades del día, cosa de el Zen trabajolico, se pasó una mano por el flequillo. Se suponía que su cuerpo debería estar en las mismas condiciones que el propio, quizá peor por el esfuerzo mental, pero estaba más fresco que una lechuga.

— ¿Qué diantres pasa por la mente de ese idiota? — escupió enojado cada palabra, se insultaba sin miramientos. Agradeció estar en camerinos —. «¿Y si piensa en matarme para quedarse con mi cuerpo?»

Una vez más los pensamientos se le volvieron en contra y comenzaron a comerse su valor, el amor por MC seguía intacto, posible que era lo que le mantenía en sus cabales para buscar solución. ¿Qué sería de su amada MC? ¿Y si lo olvidaba? ¿Será posible pedir ayuda al Seven de ese mundo? No lo sabía, había posibilidad de que lo matase, al menos eso temía Zen. Cualquier posibilidad le parecía descabellada.

— Mi pobre MC... Mi dulce princesa, nuestra historia será protegida por mi, ya lo verás — se sentó en su silla, era hora de un chat, respondía de forma monótona, risas, dulces y amables palabras, claro, él era un actor. En su corazón solo estaba MC. En realidad solo le daba vueltas a la situación, el miedo lo ahogaba cada vez más. ¿Sería posible que usaba a MC como una escusa para sus miedos? ¿Qué tal si simplemente se rendía? Su mente se estaba volviendo más inestable que las alteraciones con el otro Zen.

En la casa Choi, se encontraba el mayor lanzando improperios al aire mientras veía los últimos mensajes de su amigo, había analizando toda la información, nada estaba bien. Sus ojos contenían a duras penas las lágrimas de desesperación, debía encontrar la forma de contactar con su otro “yo”. Tal vez no era tan malo como Zen pensaba.

Humo [Zen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora