CAPITULO 1
Una tarde de un día normal de un año normal. Estaba yo, la chica que se sentaba en el rincón del salón de clase, la que tenía anteojos, aquella que vestía de negro, la maldita marginada. La chica que prefiere estar delante de un libro que de un espejo, que tiene más que cabello tiene UN CEREBRO. Soy la chica que morirá sola, llena de gatos (Aunque los deteste, sea alérgica y me den asco) y para mi lamento virgen...
No soy la típica chica que se sorprende con facilidad, soy distinta... Pero estaba él, mi mejor amigo un chico único; un chico que pensaba en los demás y el mismo estaba en el último lugar. Un chico perfecto según mi concepto: es alto, rubio catalán, tés blanca, sonrisa encantadora y unos ojos... Los ojos de un color dudoso... En pocas palabras estaba perdidamente e indiscutiblemente enamorada de él.
Era de las pocas personas que me agradaba hablar, compartir, reír y todo aquello que hacen los amigos.
¡NOAH! ¡NOAH! tienes que leer este libro... Es perfecto para ti- Dije mientras suspiraba
Juana, como te explico que odio, NO, detesto esos libros de rosa mierda que lees mientras pasa el recreo- Dijo el mientras me ponía los ojos en blanco
Verdad, olvide que odias mis libros de chicos e historias perfectas; donde puedo escapar de esta realidad tan plástica y falsa- Le dije mientras sonreía.
Él tomaba mi mano yo me sentía volar, a pesar que lo conozco desde niña, estoy enamorada de él desde aquella tarde de abril, gris y fría donde jugamos el típico juego de " Verdad o Te atreves" donde di mi primer beso con él... Desde hay nuestro lapso se fortaleció y la unió creció mientras pasábamos por nuestra desastrosa no tan agradable pubertad
Todo era perfecto, bueno casi Noah tenía un grave defecto, NO era un error de magnitudes garrafales; su horrible e intensa NOVIA.
La odiaba pero tenía que sopórtala, no aguantaría si él se aleja de mi vida. Como es posible uno dependa tanto de otra persona y más si no sabe de tus sentimientos. Porque siempre pospongo mi confección, el sentir esto que crece al pasar los días; ¡DIOS! Porque me haces las cosas las complejas. Pensaba mientras veía como él la tenía entre sus brazos y la miraba con esos ojos de color dudoso los cuales deseo perderme.
¡JUANA! ¡JUANA! Maldita te necesito aquí en el planeta tierra, no esos libros que me encabronan- Dijo mientras funcia el ceño
Déjala, es su mundo- dijo ella mientas lo besaba
Ella es María, una tipa con el cuerpo perfecto, cabello sin igual, una voz dulce en pocas palabras era atractiva.
Sonó la señal de entrar a clase, sonreír y corrí hacia el salón mientras agachaba la cabeza para no ser notada.