CAPITULO 3
De repente sentía su aliento tan cerca que podía palarlo y aspirarlo. Su boca estaba a milímetros de la mía… y de pronto vi que él se movía hacia mí. Me aparte, ¡QUE ERROR! La posibilidad más remota de mi vida casi posible, ¡PORQUE ME QUITE! ¿Por qué? ¡IDIOTA!. Él se apartó ligeramente de mí.
Juana, no sé qué me pasa últimamente contigo no te puedo sacar de mi cabeza, quiero besarte, acariciarte, mimarte, hacerte mía con dulzura- Me dijo mientras suspiraba
Noah, ¿Qué te pasa? Tu estas con María y yo… Yo soy tu mejor amiga, tu hermana, la persona que te entiende
¡LA UNICA QUE ME CONOCE Y NO ME JUZGA POR ESO!- me interrumpió mientras se alejaba agitando las manos- Eres la única que sabe cómo soy en realidad sin necesidad de utilizar esas malditas mascaras que me hacen olvidar mi esencia… Lo que realmente soy.
Noah, tranquilízate. ¿Dime que pasa? Tú no eres así. ¡Por el amor de Dios tranquilízate!- Le decía mientras trataba de procesar todo lo que pasaba en esos instantes, quería lanzarme entre sus brazos y decirle que yo también quiero besarlo, quiero acariciarlo, mimarlo, que me haga suya, quiero que él sea mío, solo mío para siempre. Quería decirle que siempre lo he amado que me lastima saber que tiene a alguien más a su lado y no a mí.
Siento algo por ti que no se puede describir con palabras, que no se puede medir con instrumentos mundanos. ¿María? Que se vaya para la mierda, ¿de que me sirve tener a una chica hueca en las cuestiones del amor?, en las cuestiones aquellas que solo tú y yo las entendemos a la perfección. Creí que podía aliviar este sentimiento en otros abrazos, ignorando que ese idiota de la clase de biología te mira con dulzura, una dulzura que me empalaga y me llena de rabia- decía mientras me acariciaba la mano y la lleva a su cara.
¿Idiota? ¿Cuál idiota? Trataba de recordar a los chicos de la clase de biología.
Si superas cuantas veces trate decirte esto, si supieras que lo único que pienso al antes de dormir y al despertar es estar delante de ti y admirar tu belleza. Juana, no quiero perderte eres lo más grande y valiosa que hay en mi sucia vida. Por favor, no me dejes, por favor- me decía mientas me acariciaba mi rostro con dulzura una dulzura que me embriagaba.
Yo no pronunciaba palabra, no me movía, apenas podía respirar con dificulta. De momento me dio la espalda y empezó a caminar, de repente…
¡NOAH! ¡NOAH! ¡NO TE VAYAS!- le grite mientras observa su espalda.
Él se dio la vuelta, me miro a los ojos, estábamos distantes. ¿Cómo le voy a explicar todo lo que siento en mi corazón? ¿Todo lo que siento por él desde aquella tarde?
Noah, yo siento por ti algo más grande que el amor entre Peeta y Katniss, más grande que el amor entre Christian y Anastasia, más grande que August y Hazel, más grande que Tris y Cuatro, TE AMO de aquí hasta Travis y Patch. Quiero besarte hasta que mis labios se desgasten, quiero acaríciate hasta que mis manos no sientan, quiero mimarte hasta viejitos, quiero ser tuya, que seas el primero y el ultimo en mi vida, quiero que seas mío por el resto de la eternidad. Que TE AMO desde que tenía catorce, siempre soñé con un futuro contigo… pero era algo lejano, pero hoy ya no sé qué pensar.- Dije mientras sus ojos exploraban mi alma a través de mis ojos, cuanto me fascina esos ojos de color dudoso.
Sus ojos mostraban desconcierto, felicidad, esperanza, mostraban AMOR. Quería morir, literal quería morir, había abierto mi corazón al ser que lleno de ese sentimiento que solo conocía por las páginas.
Noah se acercó mi rostro, me lo levanto con suavidad y dulzura mi rostro para llevarlo a su boca. Me deje llevar, SI, lo bese, él me beso con una dulzura, un amor y una caballerosidad. Me hizo estremecer hasta lo más recóndito de mis entrañas, se me puso la piel de gallina y mi corazón palpitaba a un ritmo alarmante.
¿Sera un sueño? ¿Esta pasando todo esto?
