Faking It (Camren)

Capítulo 4

Estaban Lauren y Camila en los vestidores luego de la clase de gimnasia

—Sus labios son la mezcla perfecta de suavidad y firmeza, son como dos colchones diminutos en su cara—Camila cepillaba su pelo y Lauren guardaba sus cosas enojada— Y sus ojos, son como si penetraran mi alma.

—Dijiste lo mismo de Drew Chadwick.

—Bueno, esto es diferente. Los padres de Austin son ricos, pero él conduce un biodiésel destrozado, lo que significa que se preocupa. Sus mejores amigos son un gay y una feminista, lo que significa que es tolerante y que acepta a las mujeres fuertes—suspiró —Y es un artista, lo que significa que en el fondo lo han herido. 

—Si fuera un vampiro, sería perfecto —dijo Lauren  dándole la espalda, pero aún así con su peor cara. —Ahora callate. La clase de gimnasia ya ha sido tortura suficiente.

—Ok, no sé qué se te ha dado hoy, pero espero que desaparezca para cuando toque nuestro discurso en la asamblea del baile.

—Si, no voy a hacer eso. 

—¿De qué estás hablando? 

—Estoy harta de fingir que soy lesbiana y no voy a hacerlo más —soltó Lauren.

—Pero ser lesbianas es lo mejor que nos ha pasado.

—No. Es lo mejor que te ha pasado a ti. —se levantó y la enfrentó— Tú tienes tu popularidad y tu sesión de fotos y tu beso con Austin. Yo nunca quise nada de esto. 

—¿Entonces por qué seguiste con ello? 

—Porque eres mi mejor amiga y quería que fueras feliz.

—Bueno, ha funcionado. Soy feliz.

—Bueno, ¡pues yo no!. ¿No podemos olvidarnos de éstos últimos días y volver a cómo eran las cosas antes? ¿Sólo nosotras dos? —dijo más calmada. 

—¿Y si no quiero volver a eso? 

—Entonces buena suerte encontrando otra novia.—Lauren agarró su bolso y se fue. Del otro lado de los casilleros estaba Ally, escuchando todo con su habitual sonrisa triunfante.

 En el patio, Camila estaba sentada almorzando, cuando vino Austin.

—Hola. ¿Puedo acompañarte? 

—Si, claro.

—¿Dónde está tu novia? 

—Hemos roto.

—Auch, Oh, lo siento. Espero que no haya sido por lo de ayer. Ya sabes cuando...

—Oh. No. No 

—¿Quieres hablar de ello? —ofreció Austin.

—No particularmente.

—Ok. He oído hablar de una exposición de arte en South Congress... 

—Es que somos personas diferentes. Siempre lo hemos sido —ella abordó el tema de igual modo— Y si te soy sincera, creo que hemos estado agarrandonos a una relación que ninguna de las dos quería ya. ¿Sabes que no he comido mantequilla de maní en una década porque ella es alérgica? 

—Eso suena horrible —dijo Austin con un sandwich que acababa de sacar de su bolso en la mano—Toma. Prueba un poco de libertad —se lo ofreció, Camila comió con gusto y continuó:

—Bueno, no era tan malo. Ella era la única persona con la que podía ver maratones de Dance Mom porque sólo habla en los anuncios. Y cada año por mi cumpleaños hace una pequeña gincana.—mordió otro pedazo del sandwich— Y el año pasado cuando murió mi pájaro ella era la única que podía hacerme reir. —se quedó pensando un segundo. Se disculpó con Austin y se fue en busca de su amiga.

Llegó a la azotea del colegio, donde Lauren estaba. 

—No saltes —bromeó.

—No te tengas tan alta estima. ¿Cómo me has encontrado?

—Sabía que buscarías el sitio más alto de este instituto porque sabes que le tengo miedo a las alturas, pero aquí estoy, enfrentando mis miedos para disculparme —cerró los ojos y con un quejido de miedo se sentó en la orilla— Tenías razón. He sido egoísta. Te arrastré a este estúpido plan contra tu voluntad.

Lauren asintió dirigiéndole una mirada —No pares cuando se pone bueno.

—No soy tan fuerte como tú, Lolo. Me importa demasiado lo que esa gente de ahí abajo piense. Y en esta escuela tienes que sobresalir para encajar y yo soy tan jodidamente ordinaria.

Lauren dio un suspiro y volvió a mirarla —No lo eres.

—Por favor. Ser lesbiana al fin me ha hecho interesante. Pero si el precio es perderte no merece la pena. Eres la Rihanna de mi Katy Perry —se quedó haciendo puchero. Lauren no pudo resistirse.

—Ambas sabemos que tú eres Katy. Y si necesitas sobresalir, entonces voy a ayudarte a hacerlo.

—¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo? —una gran sonrisa se arrimaba a la cara de Camila.

—Seamos lesbianas.

—Estoy tan emocionada —la abrazó—pero no puedo moverme, puede que necesitemos una grúa. 

En el salón de actos estaba Ally dando un discurso a todo el colegio para convencerlos de elegirla reina del baile. 

—Gracias Ally, por ese emotivo discurso. Y ahora escucharemos a las primeras candidatas del mismo género para la realeza del baile, Camila Cabello y Lauren Jauregui. Todos aplaudieron, y ellas entraron de la mano, alzando los brazos.

—Gran entrada. Soy un papá tan orgulloso —las aplaudía Harry. 

—Parece que no conseguirás a tu lesbiana después de todo —le dijo Selena a Austin.

—Sí, ya lo veremos. 

Allyson agarró el micrófono desesperada

—Sé que todos creen que son muy abiertos eligiendo a estas dos reinas del baile —la directora trataba de alejarla, pero continuó— pero creo que deberían saber que no son lesbianas de verdad. ¡Sólo están fingiendo para gustarles! Las oí hablar de eso en el vestuario esta mañana. ¡Están riendose de los derechos de los gays!

—Para ya, dame el micrófono. —la directora calmó a Ally y se dirigió a las chicas— Camila, Lauren, ¿es eso verdad?

—Podemos explicar... —comenzó Camila para ser interrumpida por Lauren.

—Si estamos fingiendo... ¿haría esto? —agarró a Camila de la cintura y juntó sus labios en un beso. Comenzaron a caer papeles de colores mientras ellas seguían en ese beso y toda la escuela aplaudía de pie.

—¿Qué pasa con el confeti, Penelope? —se quejó Allyson con la directora, quien también apludía.

—Se ha caído, lo siento. —siguió aplaudiendo y sonriendo. Todos gritaban y aclamaban, incluso Austin. 

Cuando se separaron, Camila miró a su amiga sonriendo

—Wow.

—Lo sé—dijo Lauren con la respiración cortada e impresionada.

—Buena manera de venderlo —Camila le guiñó un ojo y se volvió hacia el público agitando los brazos, más aplausos estallaron.

Lauren se quedó ahí, sin recobrar la respiración, y mucho más confundida sobre la situación de lo que podría haber estado jamás.