Capítulo 44

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Llegamos a casa en la madrugada, porque aun tuve que testificar ante la policía, el cuerpo de Sandler ya estaba en la morgue.

Y yo aún no lo podía creer.

Acostada en mi cama me empecé a sentir culpable, porque yo era la causante de todo y aunque ese idiota me coso durante años, disparó de gravedad a uno de mis guardaespaldas hace dos años y casi hace lo mismo con las dos personas que más he amado en la vida, aun así su muerte me pesara toda mi vida porque yo fui quien le dio entrada para que dé obsesionara conmigo, si esa noche que había peleado con Chace no hubiera huido de casa y no hubiese ido al bar y a emborracharme, Sandler no me hubiera conocido y tal vez seguiría vivo y no estaría bajo una bolsa negra a sus 23 años. Aunque hace dos años cuando fue su juicio me enteré que ya tenía un pasado criminal y que yo no era la única chica a la que acosaba por eso estuvo en arresto domiciliario durante este tiempo y con una orden de restricción para que se no se acercara a mí.
Aun así lo hizo, me siguió por meses yo siempre estuve en peligro y nunca lo me di cuenta.

Todo lo que me pasó hoy fue mi culpa yo fui cargando todo este peso esta bomba atómica que era mi vida y sólo le iba echando más dinamita.

-Hanna abre - dice Chace tocaba mi puerta y por muy asustada que estuviera no lo haría esto no era correcto

-abre Hanna se que estas despierta- vuelve insistir

-no puedo dormir por favor, y quiero hablar-

Supongo que te amenacen con un arma no es una cosa fácil de asimilar en una noche,  me levanto de mi cama y abro la puerta

-hola- me sonríe llevaba una botella de whisky y unos chocolates

-¿qué haces a estas horas tomando?- reclamo

-no lo he hecho aún necesito compañía y sé que tú no tomas por eso te traje chocolates ¿quieres hablar?- asentí, necesitaba descargar todo esto con alguien y quien mejor que él, se recuesta en el sillón y empiezo hablar.

Le conté todo, mis horas de angustia y terror y cada que decía algo fuerte él tomaba un trago, aunque me juró que era la última botella que tomaba por un tiempo lo quería dejar y yo estuve de acuerdo.

-¿cómo supieron dónde estaba?- era una duda que no había resuelto

- Danforth te encontró y me llamó te cuidamos desde que saliste de la escuela y te seguimos, Hanna han sido los peores minutos de mi vida, aún no puedo sacar tu imagen de mi mente, esa imagen llena de pánico que me recordó ya sabes cuándo pasó lo de tu madre y tengo miedo que te pase lo mismo ahora, no quiero que te sumas otra vez en esa depresión Hanna, no quiero que el puto fantasma de Sandler te atormente, no lo quiero.

- ¿pero cómo hago eso si fue mi culpa? su muerte fue mi culpa- empiezo a llorar

-no fue tu culpa cariño, lo tres tomamos esa decisión es la única forma de protegerte de ese psicópata, los tres somos los culpables de su muerte no tú, sé que te he repetido que nunca serás la víctima de nada, pero en este caso si lo eres, sabes que nunca fuiste al azar él te vigiló antes de conocerte y encontró el momento preciso para aparecer en tu vida como ahora, entiendes... si lo dejábamos vivir toda la vida estaría tras tus pasos y no puedo con ello, Max lo sabía, James lo imagino y por eso dejamos que Max le disparara e hicimos una coartada creíble- tenía razón pero aun así me sentía culpable y no pude evitar llorar.

-no llores cariño que me haces querer ir a abrazarte y en estos momentos no es recomendable porque lo único que quiero hacer es besarte y abrazarte decirte que estaremos juntos para siempre- un golpeteo de culpa vuelve a mi

-Chace por favor-Él me sonríe.

-tranquila esperaré mi momento- me mira y se mete la botella a su boca

Bad Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora