Revel Clothes [Sonic]

III

Durante el día, todos rondábamos por la base, en general teníamos horarios en los que debíamos estar allí y horarios en los que podíamos irnos, pero obligatoriamente siempre estaban o Silver, o Blaze o Knuckles, como principales miembros del equipo.

Estaba comenzando a atardecer y yo me encontraba recostada en el sofá de la sala de estar, intentando leer un libro, pero no podía por el ruido de Sonic jugando videojuegos contra Knuckles. Se suponía que era Silver quien estaba en la base de control. No estaba realmente segura de si Tails estaba en el taller o donde estaría Blaze, pero no era realmente importante. Parecía que este iba a ser otro día desperdiciado.

Sonic estalló en risas cuando derrotó a Kncuckles, quien solía tomarse las cosas demasiado en serio a veces.

-Estoy harto de estos juegos. Son un montón de basura. -Se levantó del suelo.

-La basura eres tu, no ellos.

El pelirojo le lanzó el joystick, el cual Sonic evadió y golpeo contra el suelo, haciéndose pedazos.

-Oh, vamos Knuckles... Ese fue el tercero del mes.

Antes de que el peliazul obtuviera una respuesta de su amigo, las sirenas comenzaron a sonar.

Sonic le sonrió a la luz roja parpadeante sobre nuestras cabezas.

-Ya comenzaba a aburrirme de todo esto.

Nos acercamos hasta la sala de control, en la cual estaba Silver. Durante todo el camino escuché a Sonic murmurar «Que no sea otro robot gigante, que no sea otro robot gigante.» Aparentemente Eggman era fanático de los robots gigantes, todo el mundo lo decía. Aun así, yo nunca estuve tan cerca de uno, solamente ayudaba a las personas a evacuar la zona. 

Cuando llegamos, Silver nos esperaba allí, cruzado de brazos. Sonic se acercó a él con una expresión de suplica en su rostro.

-Dime que no es.

Silver suspiró.

-Si, Sonic. Es otro robot gigante.

El peliazul pareció completamente decepcionado.

-Oh, ¡por favor!

Blaze entró de inmediato a la sala, parecía que se había despertado de una siesta, pero intentaba disimularlo. Miró a Sonic con mala cara.

-Esto no es un juego, Sonic.

El peliazul puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos.

-Tails, envié las ordenadas a tu transmisión. Cárgalas en la nave y nos vamos.

El muchacho rubio asintió y salió corriendo de la sala de control. Blaze nos miró a todos unos segundos, que seguíamos ahí parados mirándola.

-¿Que esperan? Recojan sus cosas y vámonos.

Y de inmediato todos nos dispersamos.

Lo único que hice fue ir a la sala a buscar el abrigo que había dejado ahí y dirigirme afuera, a la pista de despegue. Llegué a tiempo para ver como el gran portón de acero se levantaba y la nave del equipo salia, brillando con sus tonos azulados y amarillos. Tails lo había construido el mismo, con un poco de ayuda en la mano de obra, por su puesto.

Cuando las escaleras bajaron todos nos subimos a las apuradas y nos sentamos en nuestros lugares. La nave era bastante pequeña por dentro, el espacio que estaba destinado para nuestra comodidad era muy reducido. La nave también contaba con un compartimiento trasero que usan como compartimiento para distintos tipos de cargas, dependiendo del tipo del tipo de misión.

Los asientos formaban una especie de U, y todos apuntaban hasta el centro, donde generalmente se sentaba Silver. Detrás de él estaba Tails al mando.

-Muy bien, comencemos con él plan.- Comenzó el de cabellos plateados, para después lanzar al suelo un pequeño dispositivo del cual salió una proyección con una imagen de lo que parecía el robot de Eggman.

-¿Esa cosa? Es casi igual al de la última vez. Exclamó Sonic, el cual habló con toda la boca llena de un Chilli Dog.

-Sonic, debían traer cosas imprescindibles.- Blaze lo miraba con los brazos cruzados.

-Esto es imprescindible Blaze. ¡Solamente comí tres en todo el día! ¿A caso quieres que me desmaye del hambre?

Aunque me cueste creerlo, Sonic come aproximadamente de esos Chilli Dogs unos seis o siete al día. Siempre cuenta que su record fueron 27, pero que su estomago quedó tan resentido que su máximo diario bajo a 9. Estoy segura de que si yo comiera todo lo que él come, pesaría al menos el triple. No estoy enterada de como funciona su metabolismo.

-No Sonic.- Respondió la pelivioleta de mala gana. -No quiero que te desmayes del hambre. ¿Podemos seguir con el plan? Gracias.- Le dirigió una mirada a Silver, esperando a que continuara, pero este parecía haber olvidado que quien daba las ordenes ahi era él y no ella. Reacciono cuando ella le hizo un gesto que podía traducirse como «¿Puedes continuar?»

-De acuerdo. Si bien este robot parece igual a los anteriores, tiene una pequeña diferencia.

-Que este es azul.- Interrumpió Sonic. Blaze le dirigió una mirada de odio tan grande que el peliazul se disculpó.

Silver se aclaró la garganta. -Bien, como decía... Recuerdan que las Chaos Emeralds fueron robadas hace una semana, ¿no es cierto?- Todos los presentes asentimos.

Hacía una semana, nos había llegado un comunicado de G.U.N. sobre como las esmeraldas habían sido robadas de una manera impecable. Todos allí sabíamos de quien se trataba. Un problema mas.

-¿Ven esa luz brillante en medio del pecho de robot? Esas son las Chaos Emeralds.

Me estiré en mi asiento al ver como la imagen en el holograma se agrandaba, dejando ver a siete diamantes con distintos colores en una forma circular encastrados en el pecho del robot. Nunca había visto una cerca, a pesar de que siempre tuve la intriga de saber como se sentiría tocar una. Dicen que tienen un poder inimaginable. 

-Las Chaos Emeralds son la fuente de poder del robot, así que debemos quitárselas. Ya comenzaron a evacuar a los ciudadanos mientras hablamos, así que nos dividiremos. Sabemos que allí estarán Alice, Scrouge y posiblemente Rouge, la ladrona. Blaze y Knuckles intentarán librarse de ellos. Mientras tanto, yo, Sonic y Tails nos encargaremos de quitarle las Chaos Emeralds para poder dejarlo sin energía. Intentaré lanzarle con mis poderes para intentar hacerle suficiente daño, así ustedes podrán acercarse en el Tornado y hacer el trabajo.

-¿El Tornado? ¿Tails ya terminó con el avión?

-¡Biplano!- Gritó el rubio desde los comandos de la nave.

-Así es, está en compartimiento.

Sonic pareció emocionarse con esto, aunque no estoy realmente segura de por que.

-Bueno, ya que todos tenemos un trabajo asignado...

Me asomé entre los asientos, porque no era así. No todos teníamos un trabajo asignado.

-Oh, Amy.- Exclamó al verme. Blaze le dirigió una mirada molesta a Silver por haberse olvidado de mi. -Pregúntale a los oficiales si necesitan ayuda para evacuar a las personas, por favor.

Sentía una gran molestia en mi interior que intenté disimular lo mas posible. Estaba esperando al día en que me tomaran en serio. Quería realmente ayudar al equipo, pero era completamente inútil y nadie me tenía ni siquiera un mínimo de confianza.

Se escuchaban los derrumbes cuando la nave comenzó a acercarse al objetivo. Descendimos en medio de gritos y temblores. Al parecer todos estábamos listos para un día mas de trabajo.