Primer recuerdo

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>Francia, París; 4:35 pm. Martes, 24 de abril de 2593. Avenida "Le petit garçon"<

Estado de energía: 4%

Estoy sentada en el suelo con mis dos piernas extendidas a lo largo del incómodo suelo de madera. ¿Cuánto tiempo llevo en esta misma posición? 74 años exactos, por fortuna o desgracia el sistema que me mantiene con vida aún funciona. Pero solo soy un simple robot, los engranajes me fallan, y la piel sintética que me rodea ya ha sido habitada por moho y otros variantes.

Solo me quedan tres días. En estos tres días, voy a reproducir esos momentos tan importantes los cuales había dejado abandonados en algún rincón del inmenso disco duro que poseo. Debido a mi mal estado, reproducir estos recuerdos podría acortar mi tiempo. Pero no importa, ya han pasado 74 años. Y él, no volverá a por mí.


>Primer recuerdo. España, Sevilla; 7:00 am. Jueves, 9 de octubre de 2519. Avenida Gran Vial<

Tengo los ojos verdes y el cabello castaño. Mido un metro y setenta centímetros, piel clara y buena figura. Número de serie: ‪#‎8945PT‬

Mis circuitos se encienden, me encuentro envuelta en un papel de burbujas, puedo sentir el tacto del plástico a través de los complicados circuitos que poseo dónde, las personas humanas deberían tener huellas dactilares en su lugar.

Escucho el ruido de como algunas de estas pequeñas burbujas se rompen a mi alrededor, y luego la luz. Un chico de ojos azules y una chica de ojos marrones me miran sonrientes, cuando me levanto puedo comprobar que soy como 2 cabezas más alta que ellos. Y si lo estábais pensando, sí, soy una chica robótica.

– ¡Eleanor! – dice el chico de ojos azules con una sonrisa

– ¿Eleanor? – respondo inmediátamente – mi nombre no es "Eleanor" – reproduzco el sonido que el chico ha hecho al pronunciar ese nombre en una grabación – mi nombre es #8945PT – respondo con seguridad

– No, no, ahora tu nombre es Eleanor – dice un hombre alto con el pelo negro el cual, supongo es su padre – a partir de este momento te dedicarás en cuerpo y alma a darle a estos chicos todo lo que necesitan, mi mujer y yo viajamos mucho y no podemos pasar mucho tiempo con ellos, y tampoco nos gusta demasiado contratar a personal ajeno

Creo que entiendo a lo que se refiere ese hombre, está hablando de ese tan conocido "amor de padre". Algo incomprensible para mí. Los pequeños sonríen y una pequeña sonrisa también se asoma en mi rostro. Como buen robot de última generación que soy, poder cambiar mis expresiones faciales es algo simple y sencillo, solo hace falta analizar el momento.

– Mi nombre es Víctor – dice el ojiazul tomando una de mis manos – wow... Tus manos están heladas

Al escuchar eso activo mi calentador automático, en otras máquinas de menos nivel eso supondría un problema, pero para mí, no. Mi destino será el desguace, usarán de nuevo mis piezas para construir a otra robot que me supere en todo, aunque para eso queda mucho.

– Encantada, Víctor – digo adoptando voz de mujer de 20 años y sonriendo

– El mío es Natasha – dice la menor tirando del apretado vestido que tengo a mi alrededor

– Es un placer, Natasha – vuelvo a sonreir

– Desde hoy serás la sirvienta robótica de la familia Castro ¿Entendido? – me dice el hombre

– Entendido, programando tarea, guardando nombres y rostros, escaneando mapa del País – no más de 10 segundos y todo está perféctamente programado

Recuerdos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora