Cuarto recuerdo

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>Francia, París; 8:12 pm. Martes, 24 de abril de 2593. Avenida "Le petit garçon"<

Estado de energía: 3%

La imagen del joven amo, aún hoy día puedo verla de forma nítida en mis recuerdos, era un joven realmente apuesto y ya me había superado en altura, yo tenía apenas un año más que él en apariencia, cuando salíamos a la calle nos preguntaban si éramos novios, mis circuitos sentían una descarga eléctrica y mi cuerpo se recalentaba, pero no me dolía.

Me hacía feliz poder sentirme "avergonzada" al igual que mi amo, sí, me hacía muy feliz.


>Cuarto recuerdo. Francia, París; 2:00 pm. Martes, 3 de enero de 2530. Avenida "La roulette"<

Mi mapa automático se configura, estoy en Francia ¿Por qué?

Mis robóticos ojos se abren, siento como si hubiera renacido, una sonrisa, y entonces la vuelvo a ver, la sonrisa de mi pequeño castaño. Ha crecido tanto.

– ¿Eleanor? ¿Puedes escucharme? ¿Me recuerdas? Dime que sí por favor, Eleanor por favor, recuérdame – suplica aquel ojiazul con mi mano derecha entre las suyas – ¿Puedes escucharme?

– Le recuerdo, joven amo... Uhm, no... Mejor dicho, Víctor – digo, y él sube sus ojos a los míos – ¿No debería estar en el psiquiatra? ¿Y yo? ¿No debería estar "muerta"?

– No, logré que me dieran tu preciado disco duro antes de que se auto-destruyese con todos nuestros preciados los recuerdos. Perdí a toda mi familia, a los seres más importantes de mi vida, no podía perderte a ti también, mi querida Eleanor – llora en mi hombro y las lágrimas resbalan por mi cuerpo, puedo sentir como sus lágrimas me mojan haciendo un delgado río hasta el final

– Tampoco quería perderle, amo – respondo con sinceridad, no estoy analizando la situación para saber qué decir. Realmente... Yo no quería perderle

– No me digas amo – sonríe, luego me enseña un espejo y me sorprendo – no pude recuperar tu hermoso cuerpo, pero... Bueno...

Ahora tengo los ojos marrones en vez de verdes y mi cabello es pelirrojo, como el de Natasha. No... Más bien diría que, soy Natasha.

– ¿Su cabello?

– Quería... Quería recordar a mi hermana menor, espero que no te moleste – dice retrocediendo levemente

– No me molesta, es un honor poder ser estéticamente igual a aquella preciosa chica – sonreí, aunque no lo planeé, simplemente me salió de... ¿Mi interior?

– Eleanor, estemos juntos por siempre, nunca me separaré de ti – me rodea entre sus brazos, su calor es tan reconfortante...

Sonreí, era una promesa ¿Cierto?

Recuerdos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora