Capítulo 2

19 3 0
                                    

Ya no sabía qué más podía hacer. Estaba demasiado agotada como para seguir pensando en la manera perfecta de escapar de aquel hospital, y sin ser vista por la familia de Samanta y ni por las enfermeras que se paseaban por los poblados pasillos. Hacía un poco más de una hora desde que me había confinado dentro de aquel cuarto, cuyas paredes estaban impregnadas de algún producto desinfectante. Tenía revuelto el estómago.

        Luego de haber debatido conmigo misma sobre el proseguir de mis acciones, llegué a la conclusión de que sería un acto suicida de parte mía si llegaba a hacer lo que había planeado. No podía salir de allí como que si nada hubiese sucedido hace unos momentos atrás, y simplemente darles la noticia de que yo no era quienes ellos creían, sino que realmente era Mara ocupando el cuerpo de mi amiga.

        Si para mí, que lo estaba viviendo en carne propia parecía una locura, no lograba imaginar lo que se les cruzaría por la cabeza a los demás. Decirles que algo en el bosque nos hizo intercambiar de cuerpos, era como anunciarles que habíamos sido abducidas por una nave espacial, y que nos estudiaron para conocer mejor a la raza humana. Ellos mismos se encargarían de encerrarme de por vida en una habitación con paredes acolchonadas.

        Me senté en el frío piso de cerámica porque el pensamiento de estar atrapada para siempre, envió un crudo dolor a través de mi estómago. 

         Pude escuchar con claridad cómo los doctores de turno y las enfermeras hablaban sin reparo sobre mí, tratando de comprender lo que estaba ocurriendo conmigo. Algunos se animaban a afirmar que había sufrido un gran trauma, y que por eso me encontraba transitando un estado de completa confusión.

        Se les notaba la preocupación en sus voces. Yo también lo estaba.

        ¿Qué podía hacer en una situación de tal magnitud? No tenía a nadie con quien hablar sobre lo que estaba ocurriendo. Era imposible contar con la única persona que estaba experimentando lo mismo que yo, porque posiblemente estaba tendida en alguna cama del hospital. Deseaba que alguien escuchase mis ruegos, y que me ayudara a desaparecer por arte de magia, o que simplemente hiciera que la tierra me tragara. Estaba desesperada.

        Debía pensar en algo rápido porque el tiempo se me estaba acabando. Uno de los doctores estaba punto de llamar a un cerrajero para que fuese a romper la traba que les impedía abrir la puerta. Mierda, mierda y más mierda. ¿Ahora qué haría? No quería que me sacaran de allí dentro a los arrastres. No podría soportar la vergüenza y humillación. Sería el hazme reír de todo el hospital. ¿Del hospital? Qué ilusa era, todo el pueblo se enteraría de eso. Ya podía escuchar sus voces, burlándose y cotorreando sobre la chicas que enloqueció después de haber ido a una fiesta. Santo cielo, me convertirían en el símbolo del evento, ahora sería reconocida por el nombre de "La loca de la hoguera".

         No podía dejar que eso nos sucediera. A Samanta no le afectaría para nada porque no le interesaba lo que los demás opinaban sobre ella, pero aún así, yo debía protegerla de las malas lenguas. Era mi mejor amiga, no arruinaría su reputación por mi culpa. Así que lo que primero se me ocurrió en ese momento fue salir del baño, y acompañada de una inofensiva sonrisa, cruzar por al lado de los que estuvieran allí y saltar por la ventana del pasillo. la profesora de educación física decía que era la más veloz de toda la clases, por lo tanto, podría correr hasta mi hogar y nadie lograría alcanzarme.

          Mientras estiraba las piernas que se me habían adormecido por sentarme en posición de loto, analicé el panorama por un breve instante, y me di cuenta que sería mejor optar por la opción menos arriesgada. La idea era tragarme mis temores, por más difícil que sea hacerlo, y sacar la actriz que tenía dentro mío para ocultar mis nervios y dirigirme hacia la cama sin decirle nada a nadie.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 09, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mientras estés aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora