a little;

427 50 73
                                    


Im JaeBum estaba totalmente enamorado de la novia de Mark Tuan, envidiaba que ella se fijase en un chico como él, de hecho envidiaba todo de él, pero más que nada a Irene.

Llevaba años estando enamorado de ella. Es decir, ¿Quién podía resistirse a esos hermosos ojos? ¿A su sonrisa, su voz, risa, cabello, pestañas? Era una dulce y delicada, como una obra de arte, carajo, tan bella, y cuando la oía cantar, dios, sabía que estaban destinados el uno para el otro.

Aunque sólo había un horrible y rubio impedimento:

Mark.

Reía plácidamente rodeando con su brazo la cintura de su novia, la sostenía fuerte y podía oler su loción a dulces, diablos, realmente lo envidiaba, era como si deseara que lo odiara, le robaba todo, Mark parecía empeñado en burlarse de él, y él como un idiota se lo permitía.

JaeBum soltó un gruñido, por lo que Jackson soltó una risa.

-Estas obsesionado.

-claro que no

-Es obvio que sí, dime, ¿cuánto llevas mirándolos?

-menos de un minuto.- respondió haciendo que Jackson volviese a reír.

-idiota, llevas casi un año mirándolos celosamente.

-Irene debería ser mi novia- recriminó celosamente al tiempo que daba un molesto mordisco a su comida.

-vamos, eres un chico de dieciocho años no un niño de quince.

Gruñó y les dio una última mirada, en ese momento como si leyese su mente y sus acciones, Tuan chocó su mirada con él e Im sin siquiera esperar alguna reacción de él, le regaló un gesto de asco.

Realmente odiaba a Mark Tuan.

Era un pueblo pequeño, sin mucha gente, y por ende sin una línea muy extensa de escuelas, dónde pudiese irse lejos de ese tipo mimado, apenas existía una para cada nivel, y por consecuencia todos los niveles socio económicos se mezclaban entre ellos para asistir a la escuela, provocando que su vida se volviese más jodida de lo que ya estaba.

Los Tuan, una línea larga de sangre de la realeza hacia la diferencia en esa familia, dueños técnicamente del pequeño pueblo, su padre siendo el alcalde, sus familiares más allegados ocupando otros puestos importantes, o siendo dueños de lugares importantes, era una tremenda familia atiburrada de dinero.

Mientras que JaeBum era el típico chico hijo de una pareja pobre de sembradores, quienes hilarantemente trabajaban para la familia más poderosa del lugar.

Asqueroso.

Una vida condenada al fracaso, al menos hasta que saliera de la escuela, y eso, señores y señoras, sería el fin de todos sus lamentos porque él se iría a vivir a Seúl, lejos de toda esa bola de fracasados, excepto por Irene y sus amigos, los demás se podían ir bien al carajo, arder en llamas, sobre todo el mismo hacer que ardan en llamas.

-El profesor seguramente me sacó otra nota reprobatoria, lo apuesto, no, lo confirmo.- se quejó Jackson mientras se adentraban de regreso a su salón de clases.

-Vamos, esta vez estudiaste demasiado, no creo...

-Es que, sabes que me odia ese maldito.- se quejó.

-Bien, pero al menos tienes una vida más relajada fuera de aquí.- le recriminó.

-No me sirve de nada tener una tarde libre, si el profesor coloca una horrible nota en la boleta que irá a la universidad ¿sabes?- recriminó, sin entender por qué se acomplejaba tanto con el hecho de que después de clases debía ayudar a sus padres en el campo, en su lugar lo aprovecharía, era algo relajante y divertido si te lo proponías, porque el siempre se una a la familia Im cuando eran vacaciones, aunque su amigo creía que era compasión, mezclada con dinero, lo cual estaba totalmente erróneo, le gustaba el campo, el sol pegando a su rostro, el sudor después de arduas horas de labor, el oír de los pájaros a tempranas horas de la mañana, eso era un deleite.

heterosexual; mkt; ijbWhere stories live. Discover now