a matter of life and death | jikook

parte única

Splash.

Es el sonido de un cuerpo al caer al agua, cuando te lanzas a una pileta en verano y cuando de chico dejabas caer juguetes en la bañadera. O cuando caíste por error, o con un propósito claro a un río cuyo nombre no sabes, y el pecho te duele por la falta de aire, ya no podés seguir tratando de volver a la superficie para alcanzar el preciado oxígeno, y tus amigos no saben qué hacer. Los ojos se te cierran y crees que vas a morir. Esa es mi situación.

Me llamo Park Jimin, a mis amigos les pareció divertido hacer estupideces en un barranco y terminé cayéndome al agua sin saber nadar, ellos no sabían que hacer, y ahora estoy inconsciente, o muerto, no lo sé. De repente estoy tirado en el suelo, tosiendo, escupo agua por todos lados mientras intento recuperar mi respiración. Veo un gran palacio negro frente a mí, el cielo está nublado, algunos cuervos pasan volando. De repente siento mucho frío, algo bastante lógico, ya que estoy empapado de la cabeza a los pies, siento el agua escurrirse por mi espalda y mi frente, gotas se escapan por mi cabello. A metros de mí siento la tos y los gritos de alguien más lo que me hace alterarme y ponerme de pie, ahora corriendo, es un chico, y sigo sin tener idea de cómo llegó hasta acá, si él también está muerto, si somos los únicos, y las preguntas son tantas que me abruman. 

Me arrodillo a su lado, sostengo su cabeza, el chico abre sus ojos, noto que son grandes y de color chocolate oscuro. Parecen negros. Está tratando de recuperar su respiración igual que yo hace unos minutos, y sus mechones también negros se le pegan a la frente, totalmente empapados como los míos. 

— ¿Estás bien?

— ¿Y vos quién sos? ¿De dónde saliste? ¿Qué es esto? ¿Sos un ángel? ¿Estoy muerto? ¡Respondeme!

Se levanta muy alterado, empujándome, y pregunta las cosas tan rápido que no atino a responderlas todas en el momento. 

— Estoy igual de perdido que vos, no sé dónde estoy, me acuerdo de estar ahogándome y eso es todo. 

Él hace silencio.

— Sí, yo recuerdo lo mismo. 

Se voltea a mirar el palacio oscuro e imponente frente a nosotros y avanza hacia el con curiosidad, yo siguiéndolo. Después de todo, no tengo más que hacer, y me da curiosidad lo que puede haber dentro. Parados frente a la gran puerta de hierro, él la empuja y yo lo ayudo, y esta se abre lentamente con el crujir de las bisagras oxidadas, como si no hubiera sido abierta en mucho tiempo. Dentro hay un gran salón con candelabros que se encienden por si solos, la imagen no es muy reconfortante: escrituras con aerosol negro en todas las paredes y el suelo, difíciles de interpretar, algunas están en otros idiomas, pero a medida que avanzamos puedo entender algunas.

Vida ? 

Muerte ?

Elige

No hay salida si no eliges

— Un libro, ahí. 

Dice mi compañero, apuntando hacia el final del salón, donde un libro abierto se posa sobre una columna de cemento gris. Avanzamos casi corriendo, nuestros pasos hacen eco por el gigantesco lugar, hasta llegar al dicho final, donde, además del libro en medio, hay dos escaleras, una totalmente negra a la izquierda, y otra de mármol blanco a la derecha. 

— ¿Leo?

Le pregunto, él asiente.

— Sí, como quieras.

Tomo aire antes de posar mis ojos en las páginas. 

Mundanos;

 Este es un espacio entre la vida, y la muerte. Por alguna razón, ahora sus cuerpos materiales están batallando por sobrevivir, mientras que su alma se encuentra en este lugar. La decisión será de ustedes, ustedes podrán decidir quedarse en el mundo de los vivos, o pasar al mundo donde residen las almas cuyos cuerpos han dejado de ser útiles.