Escarlata[+18] ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ Mpreg

Escarlata

Aquel líquido rojizo recorrió sus manos y salpicó su ropa con fuerza, mientras una sonrisa que con los meses había aprendido a casi imitar de aquel hombre del cual estaba completamente loco, aparecía en su rostro. Sus ojos resplandecieron del mismo modo en que lo hacían los mismos de su pareja de sangre cundo algo le encantaba.

Especialmente asesinar a seres como aquellos.

Miró hacia el frente, solo para ver como el de cabellos oscuros atravesaba con su mano a uno de esos seres y lo hacía cenizas con aquel gesto. Se trato de acercar, sonrió ante la sexy imagen de su pareja de sangre de aquella manera; mientras los ojos de ambos resplandecían en la oscuridad de la noche.

—Parece ser que hemos tenido éxito en esta pelea—mencionaba con una sonrisa confiada, mientras miraba directo a los ojos del castaño—. Entonces, mi chico castaño...

—Sí, ha sido todo un éxito—respondió mientras dejaba su arma mirando hacia abajo—. ¿Qué es lo que pasa maestro?

TaeHyung le miró con lujuria en sus ojos, mientras alzaba de nuevo su mirada a la noche que se les presentaba.

—La noche está igual a la primera en la que nos vimos—mencionó como sin nada, haciendo que el castaño le mirara asombrado por aquello—. Entonces, ¿Eres virgen chico castaño?

El menor frunció el entrecejo, mientras de nuevo y siempre causándole fascinación al pelinegro, un sonrojo apareciendo en sus pálidas mejillas.

—Tú bien sabes esa respuesta—susurró mientras llevaba una mano a su muy ligeramente abultado vientre, haciendo que los ojos rojos del contrario cayeran en esa zona—. Más que nadie debe saber de mis condiciones actuales.

El vampiro sonrió, acercándose a Jungkook y lamiendo la sangre del castaño que estaba cerca de sus labios, para luego besarlos con hambre y aquella pasión latente que le unía a aquel hermoso chico que era su pareja de sangre.

Siguieron con aquel beso, mientras poco después el mayor estaba bajando sus labios hasta el cuello del menor y lamiendo sensualmente este, para posteriormente encajar sus colmillos en aquel blanquecino cuello, justo como la primera vez que lo hizo. Con aquel sabor del que era demasiado adicto.

La noche sí que era maravillosa.

Se separó del cuello de JungKook, mientras pasaba la lengua lento por el resto de fluido rojo árabe que se deslizaba como pequeño hilo por la blanca piel. Besando la marca con suavidad en un último movimiento, mientras tomaba después una de las manos del castaño.

—Vamos a casa, donde siempre debiste pertenecer.

El castaño asintió, mientras empezaban a avanzar hacia el hogar donde la primera vez el de cabellos oscuros camino con un inconsciente JungKook. El menor simplemente se dejaba guiar, notando curiosamente que estaban casi a la misma distancia de donde se habían visto la primera vez.