POÉTE MACABRE

Poesía 1. Capitulo I. Punto Medio

Capítulo I. Punto medio

Saint Ouest Bertreth, 3 de octubre, 1558

Corría, asumiendo el consumo emocional catastrófico que estaba a punto de suceder, aquel niño de tan solo 10 años, liberado de la pandemia que arrasaba en la aldea, Gilbert Massien miraba desde el puente de piedra que atravesaba el rio, lo suficientemente alto para ver la aglomeración del pueblo inquieto, perturbado por una nueva sentencia del Gremio Inquisidor, leal al mandato del rey Romeu Cariotte. La voz que dicta la sentencia; Jessou Bron De Vau, se encontraba ya en el lugar.

Gilbert con respiración agitada y el corazón encogido, impotente ante la injusticia que castiga a la mujer que lo curo, mirando sus manos con las cicatrices secuelas de la enfermedad, volvió a echar una última mirada, Rolisie Gerttois postrada con su vestido desgarrado y sucio, los aldeanos cercanos al recinto del castigo apreciaban hematomas en varias partes de su cuerpo, sus manos posicionadas hacia atrás atadas con fuerza alrededor de un poste de madera y ella encima de un montón de paja.

No había forma de salvar a esa mujer, pero el tiempo corría, él sabía que tenía que hacer, sus ojos dilatados no resistieron más y rompió el llanto por un par de minutos, prosiguió con el camino, contrario al lugar donde yacía todo el pueblo para ser testigos de la muerte que se acercaba cada segundo a Rolisie.

- ¡Bruja! ¡Quémenla viva! ¡Maldita bruja! ¡Regresen al infierno a esa bruja! - Se escuchaba en el pueblo, y si no era suficiente humillación, Rolisie Gerttois fue desprendida de sus prendas de forma abrupta, las lágrimas brotaban de sus ojos, mientras que Jessou Bron De Vau, un hombre de estatura media con barba un tanto descuidada, lo suficientemente larga para taparle el pecho, se dirigía con su voz a la gente:

- ¡Pueblo de Saint Ouest Bertreth! Hoy van a presenciar el castigo por mandato que me compete, en protección de la corona, de la gente y de la divinidad. Esta mujer que ven, Rolisie Gerttois, como algunos ya estaban enterados, es acusada de Brujería y culpable de crear la pandemia que acabo con la vida de muchos de ustedes, padres, esposas, esposos e hijos. Por eso, el castigo que fue otorgado es pena de muerte.

La gente de la aldea ansiosa, a diferentes gritos, sin ser claros en su mayoría, algunos pedían apresurar la sentencia.

- Ustedes saben que las brujas son de procedencia maligna, por lo que se ha optado por quemarla viva y que su espíritu maldito no siga molestando este pueblo – Jessou dio el discurso siempre en tono alto.

El ejecutor tomo una antorcha que fue encendida pero antes de acercarla y hacer que se expanda el fuego por la paja que rodeaba a Rolisie Gerttois, Jessou concedió las últimas palabras a ella, aunque un hombre del pueblo cercano a la tarima interrumpió - ¡No dejen que hable!, puede invocar una maldición para la aldea- Rolisie sonrió sarcásticamente, con el ceño fruncido, levanto su rostro y hablo al hombre que grito:

- Esta Aldea ya está maldita y no es por mi causa, ¡es por el incompetente mandato del rey y sus discípulos, que solo roba al pueblo, arrogantes y egoístas que abandonaron a la gente cuando azoto la pandemia!

- ¡Quémala! - no soporto más, Jessou, el gran líder del gremio inquisidor no toleraría más palabras de la mujer. El ejecutor tiro la antorcha a la paja.

Rolisie dijo unas palabras, antes que el fuego arrasará con su dolor, palabras que nacieron de un aliento débil pero que se escucharon con fuerza mientras proseguía - ¡Abran los ojos! ¡Eso es lo que deben hacer! yo curaba a las personas, ¿Por qué razón causaría una enfermedad? Soy inocente.

El fuego crecía, carcomiendo la piel de la mujer y, sin embargo, no se escuchó un grito o llanto, a penas gemidos, Rolisie estaba demasiado débil, giro la cabeza con sus últimas fuerzas y con una mirada en dirección al líder del gremio dijo sus últimas palabras – Se cobrará justicia con tu ignorancia y tus colaboradores Jessou Bron De Vau - a penas con una voz tibia, pero que sin duda por la distancia que se encontraba de él, Jessou escucho bien.