Bien, ¿por dónde empezar? Tengo una gran historia de contar, en serio, una de esas historias que si te las cuentan y tú no lo has vivido, ves casi imposible de creer. Pero os juro que es real. Y os preguntareis "¿y cómo es que estás escribiendo esto?" pues vale, tendréis que seguir leyendo. Pero supongo que tendré que presentarme antes.
Me llamo Bethany Lange. Tengo 17 años y vivo en Hastings, Inglaterra, desde los 10 años. Mi familia y yo nos mudamos aquí desde Londres ya que a mi padre, que es profesor de instituto, le salió un mejor trabajo que el que tenía allí, y la verdad es que eso me jodió bastante. Amaba mi vida en Londres, todo era genial: siempre había gente por la calle, por lo que nunca me sentía sola, siempre había algo que hacer, no te podías aburrir, a veces simplemente porque no tenías tiempo. Todo allí era alegre, y entonces nos tuvimos que mudar. Me dolió porque tuve que despedirme de todos mis amigos, con los que había estado desde pequeña, y fue muy duro. Cuando llegué aquí, me sentía como si este no fuera mi sitio. Hastings es una pequeña ciudad costera al sur de Inglaterra, a una hora y media de Londres, lo que la verdad, me consuela mucho, ya que algunos fin de semanas y en fiestas vamos. Es una ciudad bonita, pero como he dicho, pequeña. Tiene mucho aire medieval y hay gaviotas por todas partes. Al principio, me costó un poco integrarme y hacer amigos, pero después conocí a Lauren, una chica genial, que me metió en su grupo de amigos. Y desde entonces, que de eso hace ya 6 años, sigo con ellos. ¿Qué más me queda por contar? Ah, sí. Soy hija única y mi madre se llama Nancy y es peluquera, (lo que es una suerte, ya que para todas las fiestas o lo que sea, la peluquería me sale gratis), y mi padre, como he dicho anteriormente, es profesor. Y bueno, creo que eso es todo, no tengo una vida muy interesante la verdad, hasta que jugué al juego de las escaleras. ¿Y qué pasó después? Bueno, eso es algo que solo podréis averiguar si seguís leyendo...