El destino decidió unir ambas almas decididas a encontrarse en un abominable día de invierno, donde el gélido clima obligaba a todos a abrigarse lo máximo posible, puesto que inevitablemente las bajas temperaturas traspasaban cada tela que portaras, así que el iminente frío te capturaba de una u otra manera.
El Omega que actualmente poseía una cabellera de color rosa pastel bajaba las escaleras apresuradamente, dando zancadas extensas para poder llegar mucho más rápido a su destino, se aferraba con fuerza a sus libros, con la esperanza de que nada cayera ni se le escapara de sus manos (sin agregar que eran de un tamaño pequeño). Llevaba un abrigo que cubría hasta un poco más arriba de sus rodillas, acentuando su estilizada figura, además de una bufanda tupida de lana que su abuelita había tejido para él hace un par de meses, un gorro del mismo material y unos guantes bastante gruesos que apenas le permitían la movilidad de sus dedos.
Llegó hasta su destino y se ubicó detrás de la linea amarilla que delimitaba el espacio para cruzar los vagones, espero a que el transporte llegara y suspiro audiblemente al ver que este iba considerablemente lleno, aunque esperaba aquello puesto que eran casi las ocho de la mañana y muchos estudiantes iban a sus universidades, además de los innumerables trabajadores.
Entró con mucha suerte, chocando en el trayecto con algunas personas y pidiendo perdón con cada una de estas, JiMin era sumamente respetuoso, aunque la mayoría de las otras personas jamás lo era (más aún si estaban apresuradas). El Omega admitía internamente que le daba mucho miedo andar solo por esos lugares, independiente la hora y la cantidad de gente, temía que alguien le robara e incluso lo tocara sin su consentimiento, y le apenaba de sobremanera que en su mayoría esto le ocurriera a los Omegas, sólo porque su contextura era inferior y esto los hacía más indefensos (por alguna razón).
El transporte comenzó a avanzar hacia su próxima estación y JiMin tambaleó hasta el punto de casi caerse, se afirmó rápidamente de un tubo de metal, donde a duras penas logró estabilizarse. Con el pasar de las estaciones, más gente llegaba y el menor quedaba aún más expuesto, se agarró con suerte a uno de los tirantes colgantes sueltos desde el techo, alcanzando difícilmente aquellos gracias a su baja estatura.
El metro frenó más fuerte de lo usual, e inevitablemente JiMin resbaló de la manija por sus gruesos guantes, provocando que cayera sin cuidado o supervisión alguna.
Unas manos atraparon su cintura con la mayor delicadeza posible que logró sorprender a ambos, el Omega jadeó audiblemente y pegó un pequeño salto, de un momento a otro se sintió extrañamente mareado, su cabeza dio punzadas de dolor y sus manos se aferraron con fuerza al fornido y alto cuerpo del desconocido contrario.
JiMin levantó la mirada hasta chocar con unos orbes más oscuros que la noche, eran de forma felina y atrayente, tan despampanantes que juraba estar hipnotizado al ver la misma luna en frente de él. Se sintió sumamente extraño cuando pudo verse reflejado en ellos, se sintió hermoso por primera vez, los defectos que tanto odió se perdieron y apaciguaron de un segundo a otro, y quiso llorar cuando sintió latidos que no eran los suyos.
"JiMin, es él, nuestro Alfa".
"YoonGi..."-¿de dónde había sacado ese nombre oculto y aparentemente, desconocido?
El Omega comenzó a hiperventilar, y no encontró mejor opción que zafarse de los brazos del mayor para salir corriendo sin mirar atrás, incluso chocó con algunas personas y ni siquiera se disculpó, bajando en una estación cualquiera, siguiendo un camino sin destino.
"No quería encontrarte... no quería necesitarte" JiMin estaba martirizándose, con su cabeza dando vueltas por sus pensamientos y preguntas sin respuesta aparente.
🖇
Había pasado una semana -que se había hecho sumamente interminable- desde lo ocurrido, aunque ninguno de ambos supiera el estado del otro, se sentían incompletos, pareciera como si cada uno se hubiera quedado con un fragmento de sus corazones, sus latidos y suspiros. JiMin tenía ojeras demasiado notables, y YoonGi estaba igual o peor, el Alfa debía tomar café en grandes porciones cada cierto tiempo para mantenerse mínimamente despierto, su insomnio había vuelto en toda la palabra, llevándose cada sueño y deseo de seguir en pie.
"Necesito tu aroma... Mi Omega, te necesito para seguir viviendo".
Ya iban dos semanas cuando JiMin subió nuevamente al metro, le costaba admitir -a él, porque su lobo estaba en contra de sus pensamientos y ocurrencias negando todo-, que cada vez que subía al metro tenía las esperanzas de ver a la persona que el destino le brindó, aquella que robó su corazón con sólo una mirada.
Y el destino pareció responder su infinidad de llamados, porque aquel olor que tanto quería volver a sentir llego hasta sus fosas nasales, sintiendo por primera vez luego de tantos días paz absoluta, la felicidad plena en todo su esplendor.
"Té, Damasco y Canela"-sintió el Omega.
El Omega levantó la cabeza con rapidez y desesperación, logrando ver al Alfa que tanto anhelaba volver a sentir.
"Frambuesas, Miel y Caramelo"-percibió el Alfa.
YoonGi sonrió y empujó a toda la gente sin importarle mucho a quién, y apenas conectó sus ojos con los del menor acortó la distancia hasta hacerla mínima, para envolver el pequeño y agraciado cuerpo entre sus brazos, YoonGi llevó su nariz hasta el cuello del Omega, acariciando la glándula de olor próxima a sus clavículas. Sintió su pecho burbujear con orgullo al percibir un tenue y etéreo olor a Canela, el destino había marcado a Park JiMin como suyo desde hace mucho tiempo.
"Después de tantas vidas, las almas de JiMin y YoonGi al fin se habían encontrado"
🖇
La Luna estaba siendo fiel testigo y más leal compañero, guardando el secreto de la forma en que Alfa y Omega dormían sobre una manta bajo las estrellas, estás podían brillar incluso más que el Astro rey, pero nada lo hacía más que el amor entre ambos hombres destinados, esa noche YoonGi se encargó de formar la más pura constelación sobre el cuerpo del menor, uniendo sus almas, ambos llenando su vida de esplendor, prometiendo amarse en esa vida y la siguiente.
Después de todo, YoonGi entendió que el destino había hecho a JiMin imprescindible en su vida, que necesitaba su dulce aroma para poder dormir en paz, para poder amar y para poder vivir.
Se necesitaban, y al estar con el otro ambos estaban completos.
🖇
¡Gracias por leer! 🐣💖
Dedicado a mkaoriv, gracias por todo, te amo mucho bbsita.
Esta sin editar y me dio una paja reescribirlo así que está medio caca pero lo subo porque mi perfil está muy inactivo asies.
[_cigarettea, yoonniebubble y toda la gente que me lee, gracias.]
ESTÁS LEYENDO
i only need you 🖇 yoonmin [OS «omegaverse»]
Fanfic"¿El destino existe?, si es así, le doy las gracias por permitirme el privilegio de conocerte". 🖇 -Fluff, Lime.🐣 -Omegaverse, YoonGi Alfa, JiMin Omega. -1000 palabras.