Tres no son multitud

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No sé exactamente cuánto tiempo transcurrio mientras observábamos aquella escena que nubca me percate que mientras me perdía observando aquella familia, Steve me observaba a mi.

—Es maravilloso, ¿No es así? —Steve rompió el silencio con aquella pregunta.

—¿Qué? Ahh si, si lo es —respondí sin voltear a verle.

—Tony ¿Estás bien? —volvió a preguntar.

—Eh, si, porque la pregunta —está ves me giro para verle a lo que él solo señala mis manos que aún continúan sobre mi estómago— ah, esto —separe mis manos—, solo tengo mucha hambre, es todo —sonreí esperando que él no preguntara más.

—Está bien, toma — Me ofrece la comida que trajo, la tomo nervioso, esperando que no notará mi desliz.

En cuanto empezó a anochecer decidimos regresar a la torre, en el camino pensé en la escena que presenciamos, me encontraba más tranquilo y un poco más decidido, se lo diría esta noche, estacionamiento si motocicleta y subimos en el elevador rumbo al área común para reunirnos con los demás, esta noche le tocaba prestar la cena a Romanov.

Por un enorme milagro la cena transcurrió sin problemas considerando que cada uno de nosotros somos una bomba andante pero bueno, no me quejarse, agradezco esas rara ocaciones, apesar de haber comido en el parque termine comiendo mucho más y claro siendo tan observador como siempre es obvio decir que el capi le llamo eso la atención.

Broma tras broma la cena finalizó y cada quien se marchó a realizar lo que se les diera la gana, Steve también planeaba marcharse pero antes de hacerlo le detuve.

—Steve, espera, oye, mmm, podemos hablar, es que, bueno....¡Demonios! — Murmuré entre trabalenguas — Lo que quiero decir, hay algo importante que necesito contarte — Por fin logré decirlo.

— Claro, pero todo bien, verdad, oh ¿Es que ocurre algo? — Pregunta acercándose a mí y puedo ver esos bellos ojos azules abrumados por la preocupación.

— Ven, vamos a la habitación, pero tranquilo no es grave —tome su mano y juntos salimos rumbo a la habitación—, eso creo —murmuré por último, tan bajo que estoy seguro que no me escuchó o eso creí.

Silencio es lo que los acompaño rumbo a nuestro piso, cuando llegamos cerré la puerta y le pedí que se sentará en la pequeña área de descanso, después de tomar asiento en los sofás, uno frente a otro, me quedé en silencio un momento, organizando mis ideas, el poco valor que había reunido durante la cena, poco a poco se escapaba, como agua entre mis dedos.

—Te mentí —no pide evitar darme un golpe mentalmente, vaya sutileza la mía, bien hecho Stark, que buen inicio, me regaño mentalmente—, es que, ya se que te dije que ayer había existido una junta de emergencia pero no fue así —evite su mirada mientras hablaba porque sabía que si le veía a los ojos no tendría el valor de seguir.

—Me mentiste, ¿porque? —fue lo único que dijo, por un instante le miré y allí estaba, esa mira dolida.

—No fue por algo malo, ¡lo juro!, mira no sabía que pasaba, me había estado sintiendo mal como recuerdas —continúe con algo de vacilación en mi voz, el solo asiente con la cabeza.

—Se que usualmente no es normal que yo decida ver al médico, podría acabarse el mundo y aún así me tendrían que llevar a la fuerza pero al final me fastidio el estar mal todo el tiempo por eso fui a ver a la doctora Cho y no te dije porque no quería que te preocuparas —su mirada de suaviza un poco.

—Debiste haberme dicho, pude ir contigo — Se mueve un poco más cerca de mi y sujeta mis manos— Soy tu esposo Tony, es mi deber estar contigo, preocuparme por ti, si me ocultas cosas así, dime cómo podre estar allí para ti cuando me necesites —eso fue un golpe directo al hígado y lo peor es que se que tiene toda la razón.

Unas lágrimas rebeldes se acumularon en mis ojos, por lo que Steve se preocupo pero ebote que hablara— Lo se, lo entiendo, hice mal al no decirte, ahora lo sé —tome sus manos también con un leve apretón—, te prometo que jamás te ocultare nada otra vez —separó una mano y con un dedo formó una cruz sobre el corazón, esa acción causó una leve risa de Steve.

—Bien, quedando eso aclarado, regresamos a lo que nos llevó a iniciar esta conversación —cierto, ya nos habíamos desviado del asunto principal, ok Stark es ahora o nunca, me animé mentalmente.

—Es verdad, resultó que lo que tengo me dejó realmente sorprendido porque créeme, ni en mis más locos sueños se me podría pasar que algo así es posible, por qué vamos no soy dado a estas ideas y... —me hace callar colocando un dedo sobre mi boca.

—Tony, estás divagando —dice Steve entre risas por la situación.

—Perdón, estoy nervioso —suelto un suspiro antes de ponerme de pie para ir a buscar un sobre que traje conmigo de la clínica con los resultados que me dieron— toma, solo mira dentro y entenderás —se lo entrego, siento  que no puedo confiar en mí voz en estos momentos.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora