¿No hay cosa más pura que el amor? ¡Ja! Qué estupidez; todas las cosas perversas comienzan por un exceso de amor. Si crees que amar te salva del pecado estás equivocado, el amor es el inicio de todos los pecados... no hay nada más vicioso que el amo...
hoooola de nuevo!!! pues sí, aquí tienen el último extra de esta historia, esta vez hablaremos de la lujuria.
Este capítulo va dedicado a Yui Yui Uchiha, feliz cumpleaños!!!! owo espero que lo disfrutes bastante
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Extra 3. Mictian
A ambos lados del trono de Dios se encontraban dos importantes arcángeles; uno de ellos era Lucifer. Su autoridad era absoluta, su belleza asombrosa, su sabiduría perfecta. Sintiéndose capaz de alzar su propio reino y gobernar por encima de Dios, sedujo a gran parte de los arcángeles que lo adoraban y provocó una rebelión para usurpar el trono de Dios. Lucifer no tuvo oportunidad. Como castigo a tal ofensa, fue expulsado por el arcángel Miguel y sus ángeles del reino del todopoderoso, despojándole de sus alas y su belleza, convirtiéndole en un ser de apariencia horrorosa e indescriptible.
Después de este suceso, se cree que Dios creo a Adán y Eva y les dio dominio sobre la tierra, pero existió un acontecimiento importante que fue omitido.
Antes de Eva, Dios había creado al mismo tiempo que a Adán a una mujer para su compañía, su nombre era Lilith. Sin embargo, Lilith y Adán no lograron armonía ni aceptación entre ellos, por lo que Lilith, ya embarazada, se marchó del Edén. En su camino hacia un lugar incierto, la desdichada mujer se encontró con un hombre que le acogió a ella y a su hijo y les ofreció protección. Lilith fue muy ingenua para darse cuenta de que aquella no era más que una trampa, ya que en ese lugar, aparte de Adán y ella, no había otro ser humano habitando la tierra.
Preocupada más por su pronto alumbramiento, Lilith aceptó a ese hombre y se hizo su amante, pero su amado la traicionó, dejando ver su verdadero ser: Lucifer, quien había ocultado su monstruosa apariencia, la dejó morir desangrada al finalizar el parto y ofreció al pequeño en una ceremonia para crear a uno de sus primeros gobernantes para levantar su propio reino. A esa inocente criatura nacida de los primeros hijos de Dios al experimentar el gozo y placer carnal, le dio a beber de su propia sangre y después le degolló para hacerle renacer como una criatura capaz de oponerse al todopoderoso, le convirtió en el primer demonio.
Abrió su pequeño cuerpo con un corte vertical de la garganta al estómago a la altura del ombligo y sacó a esa criatura su interior. Un ser sin extremidades con una traslúcida capa de moco y venas se removió. Pronto dos brazos hicieron romper aquella membrana, despedazando la piel del pequeño bebé y poco a poco aquel ser se irguió frente a Lucifer. De la cintura hacia abajo su cuerpo era como una serpiente de piel negra, escamosa y brillante. Del otro extremo lucía como un ser humano, uno de los más encantadores hasta ese momento. Podía desplegar una especie de capucha en la zona de la cabeza ya que era capaz de aplanar sus vértebras como una cobra; su lengua alargada y bífida se contoneaba entre su par de poderosos colmillos. Sus ojos eran completamente negros, los cuales dejaban ver únicamente dos pequeños espirales dorados en reemplazo de pupilas. El sólo mirarlo suponía caer en un hechizo del que nadie podía escapar.
