Tutoria

Parte Única

Louis recordaba el momento en el que vio a Harry por primera vez. Aunque suene como el cliché más usado de la historia, se sintió como si el mundo se detuviese, nadie más que ellos dos existiesen y que toda su vida lo había llevado a ese exacto momento.

Le había sorprendido que no se toparan antes en el campus de la universidad o que no tuvieran amigos en común. Él, personalmente, se consideraba una persona bastante sociable y quizá el hermoso chico de pelo castaño y ojos verdes no lo era.

Louis quiere dejar en claro que no es un acosador, ni tampoco es alguien que persigue a otro alguien solo porque los encontró atractivo, él suele condenar ese comportamiento.

Louis solo quería hablar, pero una sola mirada del muchacho por sobre su hombro y ya estaba caminando más deprisa, doblando en una esquina antes que Louis pudiese decir hola y desapareciendo sin dejar rastro.

Louis se había detenido, mirando a su alrededor, esperando ver al chico, pero ya se había marchado.

La siguiente vez que se habían topado había sido en el café que Louis solía frecuentar antes de las lecturas de la mañana. Ambos estaban con sus amigos y ambos giraron a verse al mismo tiempo y si eso no era destino, Louis no sabía que podía ser.

Le sonrió. Era un tipo de sonrisa que decía "prometo que no te estoy siguiendo, pero me alegra que nos hallásemos topado" y "te prometo que no soy un acosador".

El chico de ojos verdes apartó la mirada de inmediato y le susurró algo al oído a uno de sus amigos. En menos de tres segundos todo su grupo se había volteado hacia él. Sus miradas gritaban "aléjate, acosador", y Louis pensó que quizá su oportunidad de hablar con el chico había acabado sin siquiera comenzar.

Los días que siguieron estuvieron atareados por la universidad, por lo que no dejaba tiempo para pensar en cierto chico y en ciertos ojos verdes.

Una tarde en la que estaba más ansioso por salir de clases su maestro lo detuvo a hablar. Louis no lo culpaba, él era bastante popular y el señor Harrison siempre había mostrado cierto favoritismo hacia Louis. Así que decidió ignorar el hambre y el cansancio que venían con desvelarse estudiando la noche anterior y se paró frente al escritorio de su maestro favorito.

--¿Cómo te ha ido? -- preguntó el señor Harrison, guardando una pequeña pila de papeles en su escritorio.

Louis se encogió de hombros—estoy tan cansado que siento que podría dormir toda una semana.

El señor Harrison soltó una risa ronca—bienvenido a la universidad.

--¿Mejora cuando eres el maestro?

El señor Harrison negó con la cabeza—estas de pie, en frente del salón, dirigiendo una lectura a un montón de jóvenes que no procesan lo que les digo, porque la mayoría de ellos todavía no están despiertos.

El señor Harrison continuó hablando y estaba en mitad de un relato sobre como una estudiante había traído un desayuno inmenso a una lectura, cuando un golpe en la puerta lo interrumpió.

--Pero, ¿quién será?,-- preguntó-- ¿estas esperando a alguien?

Louis quería indicar que no había planeado quedarse aquí, pero al momento en que la puerta se abrió y reveló al chico de los ojos verdes, las palabras murieron en su boca.

Su cabello estaba más corto y Louis pensó que en realidad cualquier corte de cabello le vendría bien, su abrigo, de color negro, lo hacía lucir pálido y un par de botines le añadían un par de centímetros. Louis decidió que ya no había oxígeno en la sala, todo se lo había llevado él.