Nikki me llevo a casa, y ahí estaba, mi padre. Desde que mamá murió no es el mismo; se le ve distante como si viviera en un mundo paralelo, se esta empezando a quedar calvo y esta engordando, aunque; es normal, esta apunto de cumplir los 52 años.
Pise el pórtico y se sobresalto pareciera que lo había despertado de un sueño profundo, aunque estaba despierto; lo salude, pero no contesto.
Entre a la cocina y me encontré con Nana Winters, que estaba esperándome con un emparedado, no podía ni mirarlo había comido un pastel chocolate, mi favorito; a pesar de eso me lo comí, todo lo que ella prepara es delicioso.
¿Como te fue en la escuela? - me pregunto. La luz la hacia ver mas joven, que es conveniente cuando se tienen 48 años, tiene tez obscura. A mi padre le molestaba que yo dijera que era negra cuando yo era niña aunque ahora no creo que se percate de ello. - Oí que hay un nuevo alumno en tu clase.
Ah - dije - sí, se llama John Lancaster - note como su rostro tomaba se endurecía - Nikki piensa que esta guapo.
Nana parecía molesta, como si le hubiera pateado el estomago. Y, ¿lo está? - preguntó curiosa. Pues, es lindo; pero eso no le quita que se comporta como un idiota.
No volvimos a tocar el tema en toda la tarde. Nana se va todos los días a las 7:00 en punto, ni un minuto más ni uno menos, vive a hora de aquí al menos eso dicen, nunca he visto su casa. Se despidió de mi, la note pensativa, pero no quise quitarle el tiempo haciendo preguntas, el bus la deja.
De pronto me entro un malestar horrible, me sentía liviana y mareada. Las luces se apagaron y escuché un grito, pero no solo era eso, sino que alguien gritaba mi nombre; baje corriendo las escaleras para ver si papá estaba bien aunque, no estaba; ya se había ido a la cama. Escuché como si alguien me susurrara mi nombre al oído, se oía desesperado; volteé pero no había nadie, entonces volvió la luz; me quede aterrada pues mi casa no luce nada cálida en la noche,
No tuve mas remedio que ir a la cama.