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Me llamo Alex. Ya, mi nombre real es Alexandra, pero lo odio... Las únicas personas que me llaman así son mis padres y los profesores novatos. Así que Alex.
Tengo dieciséis años y soy una chica de lo más "normal" , aunque para mí eso de ser "normal" es algo relativo. No soy muy alta pero baja no me he quedado, digamos que soy de estatura media. Tengo el pelo marrón oscuro y, aunque lo tengo rizado, hace poco me lo corté por los hombros y con flequillo(cosa de la que me arrepiento muchísimo) y entonces debo alisarmelo cada santo día para que dos minutos después se me encrespe(una putada). Tengo los ojos marrón oscuro y unas pestañas bastante largas. No tengo la nariz grande y la verdad es que es una de las pocas cosas de mi cuerpo que me gustan... En fin, estoy acabando cuarto de la ESO y quiero hacer el bachillerato artístico de música y producción en "L'Esart" de Barcelona. Llevo mucho tiempo comentandoselo a mis padres, aunque a mi padre no le hace ninguna gracia que su hija quiera ser artista porque según él, acabaré viviendo debajo de un puente. Sinceramente, yo no lo creo así.
Mi madre me comprende más ya que ella también tuvo que luchar contra mi abuela para estudiar lo que ella quería, así que me apoya, cosa que le agradezco muchísimo.
Hace poco viajé a Berlín con mi grupo de alemán del instituto, así que no pude ir a las puertas abiertas de un bachillerato de Sant Cugat, de modo que tuvieron que ir mis padres a verlo y llamarme luego para explicarme qué les había parecido y cómo funcionaban allí las cosas. Se ve que hay una manera de trabajar distinta; hay 13 alumnos por clase, puedes mezclar diferentes modalidades de bachillerato artístico en uno solo y, lo que más me gusta, puedes modelar tu horario del día a día mediante una app del colegio.
La verdad es que no estaba nada mal, pero yo seguía queriendo ir a Esart. Era mi sueño.
Es jueves por la mañana, las 6:45 exactamente, y acabo de de despertarme. Me aliso el pelo y me visto. No me da casi tiempo a desayunar porque sino llego tarde al cruze, que es donde quedo con Ana, una amiga de mi grupo, pero me doy prisa y me meto cuatro galletas entre pecho y espalda y un zumo de melocotón, mi favorito. Me pongo la chaqueta, cojo la mochila y me pongo los auriculares. Bajo las escaleras hasta la portería tan de prisa que poco me falta para aterrizar de boca contra el suelo, pero consigo llegar a la puerta, abriéndola rápido y corriendo hasta el punto de encuentro.
Llegaba tarde, como siempre... No sé cómo me lo monto para llegar siempre tarde. Aunque me empezara a preparar cuatro horas antes, siempre me ocurriría algo que me haría llegar tarde...
Ana me llama por teléfono pero justo cuando voy a descolgar, me ve y cuelga.
-¡Ana, ya estoy!-Digo, tropezando con el bordillo.
-Sí, seis minutos tarde y con la chaqueta del revés, pero ya estás. - dice riendo.
-Cállate capulla-hago como si me enfadar a, aunque una sonrisa aparece en mi rostro. - No sé cómo lo haces para que no pueda enfadarme nunca contigo...
Seguimos charlando hasta llegar al instituto, diez minutos después.
Me tocaba educación física y sinceramente es la asignatura que más odio.
-Buenos días-saludé a mi grupo de amigos. Ellos me devolvieron el saludo y nos quedamos charlando por otros 20 largos minutos hasta que, tarde como siempre, apareció el profesor.

Después de dos largas horas de tortura salimos al patio y Gemma (mi mejor amiga) y yo hablamos sobre Juanvi, el chico que me gusta, sin que Paula, otra amiga mía, se de cuenta ya que a ella me parece que también le gusta. Cosas de la vida...
-¿Entonces te gusta o no? - me pregunta.
-Creo que sí, pero no estoy segura del todo. Es algo raro...
-¿Pero tú no eras bollera?
-Por décima vez. ¡No! Que me atraigan las chicas no significa nada. - Respondí molesta.
-Vale, vale... No me mates jajaja
El resto de día ha pasado lento y desesperante, aunque estoy impaciente por que lleguen las 5 de la tarde, que es cuando tengo clase de canto. Es mi actividad extraescolar favorita. Además me llevo genial con mi profesora que es tan solo 3 años mayor que yo. La verdad es que solamente llevo 6 meses pero he aprendido muchísimo en este poco tiempo.

La chica de las seis cuerdas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora