Like a Dream, Like a Love [NOIR Oneshots]

❀~I. Classroom - SeungHoon

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널 위해서 라면 불길도 걸을게

(If it's for you, I can walk through the fire)

Burning - NOIR

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¿Recuerdas nuestro primer encuentro? Fue el primer día de clases, justamente después que sonara el timbre para entrar a clase. Estabas caminando por el pasillo, mis ojos se dirigieron inmediatamente hacia ti ya que desbordabas seguridad y elegancia en cada paso que dabas, también porque eras nuevo en el colegio, las muchachas se te quedaron viendo, es que la verdad te veías muy joven para tu edad.

Me quedé embobada viéndote, tanto así que no me percaté que al estar casi al frente de mí, nuestras miradas se conectaron, me tomó por sorpresa, ¿por qué de todas las chicas que estaban allí me notaste solo a mí? Lo primero que pensé fue en que ese día había salido apurada de la casa, tenía el cabello un poco despeinado y mi uniforme algo desarreglado. Bajé mi rostro por la vergüenza y me dirigí rápidamente a mi primera clase, gracias al cielo que era del lado contrario donde estabas caminando.

Nos encontramos nuevamente horas después, para ser exactos en la última hora de clases, no sabía que compartiríamos matemáticas juntos, así que cuando llegaste al aula me quedé viéndote incrédula, esta vez sí pude detallarte mejor, tenías el cabello oscuro y echado para atrás, lo cual hacía un hermoso contraste con tu hermosa piel blanca como la nieve. Al dejar tus materiales, te sentaste, miraste hacia donde me encontraba y sonreíste de forma coqueta hacía mí, ahí fue donde vi que tenías un adorable hoyuelo. Mis mejillas comenzaron a arder, apoyé mis brazos cruzados encima del tablero del pupitre y oculté mi rostro ahí porque me sentía avergonzada, no vi tu reacción, pero estoy segura de que te reíste por eso.

Pasaron las semanas, nuestro contacto sólo se mantenían con miradas y sonrisas discretas en los pasillos o en clase. Me encantaba que me notaras más a mí que a otras chicas, sentía que era especial para ti. Lamentablemente, no podíamos hablar mucho en el colegio, era peligroso pero los dos sabíamos eso. Un día en clase dejaste tu numero en mi cuaderno de ejercicios, estaba muy emocionada por eso, así que cuando sonó el timbre de salida me despedí rápido de mis amigos y caminé hacía la salida, ellos en respuesta me miraron extrañados, pero no le dieron mayor importancia, menos mal porque no quería dar muchas explicaciones.

Esa tarde di vueltas y vueltas en mi cama, pensando en que si debía atreverme o no a escribirte. Alcancé mi celular que estaba en la mesita de noche, tomé mi libro de ejercicios y busqué la página donde estaba tu número, mi corazón latía muy rápido.

Él me atrae, debería pensar en mi propia felicidad.

Suspiré pesadamente, no estaba muy clara en qué problema me iba a meter, pero aquí estaba yo tecleando tu número en mi celular, sentada en la cama con mis piernas cruzadas, eso sí, después de esa noche no le dije a nadie que te escribí, nadie se tiene que enterar de este pequeño secreto.

Te mandé un texto casual, saludándote y diciendo quien era, no tardaste mucho en responder, dijiste que estabas encantado de que te haya escrito porque no estabas seguro de que si lo haría o no. Terminamos hablando toda la noche sobre nosotros, haciéndonos preguntas y conociéndonos, más que todo, lo que no podemos conversar dentro del colegio. La plática de ese día terminó cuando me quede dormida con el móvil en mis manos.