THE ANSWER. ✦ ChanIn.

capítulo uno.

JeongIn se encontraba recostado sobre su cama a las 2:41 de la madrugada escuchando música, en esos momentos haría que se relajase y por fin poder dormir bajo aquellas calientes frazadas color celeste, pero parecía nunca reproducirse la canción que quería.

Los minutos pasaban y JeongIn no pegaba el ojo. Una buena opción sería ir a la habitación de su hermana, aunque fueran muy unidos él no sentía que valiera la pena despertarla.

Decidió levantarse a hacer algo, no podía quedarse ahí haciendo nada y sin poder dormir.

Aún sin prender las luces agarró un cuaderno que bien memorizado tenía su lugar y prendió una lámpara de escritorio.

Después de tomar asiento en la silla que se encontraba frente a su cama comenzó a escribir:

"¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo? ¿Cuál es la razón para mi existencia? El mundo me da una respuesta pero no es la que yo quiero".

Le encantaba escribir, era muy apasionado a la lectura y escritura, aunque le diera pena demostrarlo.

—¿Sigues despierto?

JeongIn solo asintió mirando a su cuaderno, no le convencía aún lo que escribió.

—Deberías salir y hacer amigos, te la pasas todo el día aquí encerrado. —alargando las últimas palabras, una vez más habló.

—No insistas.

—JeongIn, tomar aire fresco no te hace mal de vez en cuando...

Vaya que le afectaba no salir o socializar pero no es que no quisiera, no salía porque le daba un miedo ser juzgado por otras personas en su manera de vestir.

—¿Y si te doy dinero para que vayas por un helado?

El menor dijo nada, callado solo volvió a hacer lo que estaba haciendo antes, observar y observar su cuaderno.

Su hermana se acercó, dejó algunos billetes sobre el escritorio y volvió al marco para retirarse igual que como entró.

JeongIn miró el dinero y luego miró su libreta, mañana le esperaba un día duro y debía descansar para poder soportarlo.

De todos modos no le haría mal salir un poco, ¿no?

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¿Qué se pondría? JeongIn pensaba y pensaba pero no llegaba a ningún acuerdo consigo mismo, para ser un domingo se había levantado temprano pero el tiempo pasó rápido y es casi medio día.

—Ya me voy, espero volver al atardecer.

—Bien. —escuchó como la puerta cerraba y solo quedaba él.

Comenzó a probarse todo tipo de ropa hasta dar con un lindo vestido azul, ¿sería inadecuado?

Danzó sus caderas frente al espejo encantado al ver cada movimiento que hacía la tela sobre sus muslos.

Iría a ver a su madre y daría un paseo, fácil.

Salió tranquilo de la casa, mirando al frente en todo momento, observando la gente pasar por su lado.

Antes de entrar al edificio que por fin había llegado, tenía que prepararse para lo que pasaría.

Se adentró al hospital una vez más, la visita anterior aún tenía fe, ahora venía hecha pedazos, había pasado mucho tiempo y no eran mejoras lo que escuchaba.