Prólogo

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No me gustan las despedidas.

Las despedidas son un adiós que pueden durar hasta la siguiente mañana o toda una vida. Las despedidas me recuerdan a esa vez en que mi abuela, tendida en una cama de hospital, tocaba mi rostro con sus pálidas y huesudas manos, y con voz débil me decía su último «adiós».

Cuando dijiste esa palabra, sabía que te perdería para siempre. Tu ausencia en las últimas semanas fueron muy duras para mí, Minho. Aún así, intenté dar lo mejor de mi en cada momento.

Recuerdo tus palabras como estacas de hielo clavándose en mi débil corazón. Mojabas tus labios nerviosamente, tus ojos viajaban a cada rincón con tal de no verme y cada cinco segundos pasabas tus manos por tu cabello. Con cada afilada palabra que salía de tu boca, mi ser se rompía en pedazos.

¿Mi amor no fue suficiente para ti?

Una pregunta sin respuesta me mata lentamente.

¿Qué fue lo que hice mal?

Te dí todo lo que tenía ¿No fue suficiente para ti?

Sé que fue mi culpa, pero no sé cuál fue la razón de nuestro rompimiento.

Ira, dolor y desconcierto es lo que sentí en aquel momento.

Pero no puedo culparte porque siempre, para mí, serás perfecto.

Y a pesar de tus palabras, de no darme ninguna respuesta y de decirme que no me amabas, yo, la persona que escribe esta carta, te ama.

Te amo con todo lo que soy, Lee Minho.

Atentamente: Han Jisung.

Goodbye, my love - ' Minsung 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora