CAPITULO I

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Capitulo dedicado a quety2701 que me ayudo con los nombres de los personajes, muchas gracias amiga.

—LA LLEGADA AL PUEBLO—

Los árboles pasaban y pasaban. Ya llevábamos una hora de camino. Según mi mamá son dos horas, o un poquito más.

Sostengo mi pecera en mis piernas y con una mano tomo a Richard, una de mis pequeñas tortuguitas. Son mis animales favoritos. Lo dejo en la pecera rectangular y dirijo mi vista a los árboles, siento que es un camino interminable.

—Ya falta poco amor— me dice mi mamá, Karen Sánchez.

La mujer que más admiro en la vida, Ella es mi todo, después de la muérte de mi papá ella calló en depresión y se recuperó solo por una cosa, más bien por alguien, yo.

No contesto y sigo mirando por la ventana, el bosque es muy repetitivo pero es increíble. Tanto que cuando estaba mirando por la ventana, vi un lobo, pero un lobo enorme que me asusto.

—¿Mamá?—le digo volteando a verla. — ¿En este bosque hay lobos?— ella arruga sus cejas pensando.

—No lo se— me dice mientras se encoge de hombros, —Tal vez haya coyotes, cuando lleguemos podrás preguntarle a tu abuela.

—Ok.

Quince minutos después estábamos entrando al pueblo y 10 minutos después llegamos a la casa de la abuela, cuando mi mamá estacionó el carro, la abuela salió de la casa y casi corriendo llego hasta nosotras.

—Por fin llegan— Dijo lanzándose a los brazos de mi madre.

Yo me dedico a inspeccionar el lugar, la casa de mi abuela está al lado del bosque, es de las que están a las orillas del pueblo. De las más antiguas en el pueblo.

Cuando volteo a verlas todavía están abrazadas diciéndose cosas que no alcanzo a escuchar. No se cuanto tiempo pasan abrazadas pero cuando por fin se separan, mi abuela voltea a verme.

— ¿Que no vas a darle un abrazo a tu abuela?— me dice mientras pone sus manos en sus caderas.

Yo por instinto camino hacia ella y la abrazo. Cuando pasó el funeral de mi padre, ella regresó al pueblo para arreglar unas cosas para cuando mi mamá y yo llegáramos. Ella me abraza como si no me hubiera visto en años y tal vez es por que soy su única nieta.

—Te he extrañado tanto— dice sollozando.

—Yo también abue— le digo y siento como mi madre se nos une al abrazo.

Luego de separarnos nos metemos a la casa y la abuela como siempre ya tenía preparado el atole.

—¿Como estuvo el viaje?.

—Muy cansado.

—Esa carretera parecía infinita— dije mientras daba un sorbo de mi atole.

—No seas exagerada que solo fueron dos horas.

—Las dos horas más eternas de mi vida— digo rodando los ojos.

Y es que es la verdad, que flojera tener que manejar toda esa distancia cada que queramos ir a la ciudad.

Después de tomar el atole, bajamos  las maletas del carro y me dedico a desempacar. Mi madre me dio dinero para comprar mucha ropa antes de venir aquí, por que en la prepa de aquí no se lleva uniforme.

Tengo toda mi ropa en la cama, estoy decidiendo como acomodarla y una vez que me decido, pongo manos a la obra, la acomodaré en el armario por colores, toda mi ropa siempre es de los mismos colores, rojo, negro, azul, blanco y gris. Son mis colores favoritos.

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