Parte 4

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Me encontraba acomodando los nuevos libros, cuando vi pasar al chico del bar, hacia 6 meses que no venía por su café, aún estaba con aquella chica. Me sentía como las niñas adolescentes enamoradas de un extraño y me sentía una acosadora, pero al ser él trabajador del local del frente no era mi culpa el mirarle al pasar.

Se me había hecho costumbre el tomar una taza de café a las 5 de la tarde, no era mi culpa que a esa hora entrara a trabajar el chico del bar, tampoco era mi culpa que él se viera tan bien en su uniforme o que su sonrisa fuera tan sexy...

El día del aniversario del café, el chico del bar fue a la fiesta, tal vez por cortesía, los empleados de las tiendas vecinas – incluido el bar- habían recibido cupones para bebidas gratis, pero algo en él había cambiado.

El chico del bar volvió a ir por su café por las mañanas, siempre puntual.


El chico del BarWhere stories live. Discover now