La pesadilla continúa.

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Pasaron meses, unos dos meses diría yo. Me sentía sola. Mis amigas y yo ya habíamos resuelto el conflicto de aquella vez. Pero sentí que después de eso nada fue igual otra vez. Me sentía rechazada, sentía que todo lo que hacía estaba mal. Comenzé a aislarme de la gente y a sentir que todos hacian cosas en mi contra.

Me volví a cortar. Me sentía derrotada por mi propia mente, había fallado a mis padres, había roto mil promesas, me fallé a mi misma una vez mas. Estaba completamente vacía y las cosas iban de mal en peor.

Pero eso no es todo.

Recuerdo que fué en la casa de mis abuelos. Estábamos almorzando y mi abuelo dijo -"Daniela es muy buena para comer", y como ahora las palabras de la gente me afectaban más de lo normal, le dí mil vueltas en mi cabeza a aquellas palabras.

Un día después, terminé de almorzar y pensé en todo lo que había comido y en ese comentario que tanto me dolió. Me llamé a mi misma "cerda asquerosa" y cada vez que comía me sentía así, como la niña cerda que no para de comer. Entonces comenzé a sentir un gran arrepentimiento al comer, fue tanto, que incluso lloraba solo por el hecho de pensar en que había almorzado. Fue entonces cuando entré en el baño y me metí en un mundo que espero que ninguno de ustedes conozca. Puse mis dedos en mi garganta, los moví y los moví y conseguí provocarme el vómito. Se sentía de cierta forma "agradable", no el hecho de vomitar, sino el hecho de haberme quitado de encima todo lo que había comido.

Seguí haciendo eso por unas 3 semanas, cada vez lo hacía más, pero eso ya no era suficiente, me sentía gorda, recuerdo que fuí notando como mis huesos de la cadera fueron desapareciendo, que cada vez tenía mas grasa corporal, «claro que nunca supe que esto era una imagen distorsionada provocada por mi mente» entonces fui de a poco dejando de comer. Empezé eliminando todo carbohidrato, recuerdo que a la hora del té, me daban un vaso de leche y lo tiraba por mi lavamanos, y como almorzaba en la escuela, no comía absolutamente nada.

Como siempre, le daba mil vueltas a esto en mi cabeza, y me dí cuenta de que quizás no estaba del todo bien lo que estaba haciendo. Por lo que decidí pedirles a mis papás que me llevaran a la psiquiatra, usando la escusa de que yo no estaba bien por haberme cortado "hace dos meses".

Diario de una anoréxica paranoica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora