Amor Indeciso || Chriserick

『Capítulo 13』

Ya pasó una semana y siento que mi cabeza en cualquier momento va a explotar.

Me torturo diariamente con el pensamiento de qué carajos voy a hacer.

Amo a Christopher. Él se metió en mi corazón sin que me diera cuenta, fué consumiendome poco a poco, logrando que necesite más de sus abrazos y besos.

Me encantaba todo de ese chico de piel pálida, ojos avellana y unos hermosos y gruesos labios carnosos de un tono rosado que tanto quería besar.

Sin embargo, también amaba a Joel, Mi novio y la persona con la que compartí cada día de mi vída desde que lo conocí en la primaria. Ese niño tímido y de rulos oscuros que conquistó mi ser de una manera tierna y romántica, él llegaba cada mañana a recogerme para ír a la escuela juntos, me apoyaba en cada paso que daba y lo seguía asiendo.

Tomé mi cabello tirando un poco de este de manera desesperada, necesitaba relajarme y alejar mi cabeza de todo esto.

Joel no estaba en casa, salió por una emergencia.

Sin ni siquiera enviarle un mensaje o preguntarle si podía ír a su hogar, caminé hasta la casa de Christopher con el deseo de verlo y abrazarlo.

Toqué la puerta y esperé impaciente a que abriera, hasta que lo hizo y por un segundo el mundo se detuvo.

- ¿Erick?, ¿Qué haces aquí? - mis labios temblaron y antes de hablar con un idiota solo me aferré a su cuerpo.

En ese momento, sentí que toda mi tristeza había desaparecido, me sentía completo y que no necesitaba nada más que no sea él.

- Erick..

- L-Lo siento.

- ¿Por qué?

- Por todo - sabía que lloraría y es por eso que no me forcé a mí mismo a detener las lagrimas que ahora caían de mis ojos y realizaban un recorrido por el largo de mi rostro hasta acariciar mis mejillas y caer al suelo.

- Ven - me soltó para que entrara a la casa y él pueda cerrar la puerta - No llores - secó mis lagrimas con sumo cuidado, luego dejó un beso en mi cabello y procedió a acariciarlo - No me gusta que llores, Bebé.

- Te amo - susurré.

- Estás confundido - besó mi mejilla - Tú mismo lo dijiste, Erick - habló de manera dulce.

- Estoy enamorado de tí.

- ¿Y qué hay de Joel?

- No lo sé - admití.