The Tatami Galaxy (Novela Ligera en ESPAÑOL)

Capítulo 1 -Los 4 1/2 Tatamis, Némesis del Amor. (Parte 1)

En los dos años anteriores a la primavera de mi tercer año de universidad, no logré ni una sola cosa deuso práctico. Evitando por completo la asociación sana con el sexo opuesto, la diligencia hacia mis estudios, la disciplina de mi cuerpo físico, y otras actividades dirigidas a convertirse en un capaz miembro de la sociedad, en cambio me aislé de las mujeres, abandoné mis estudios y dejé que mi carne cayeraen ruina. Aun así, ¿por qué es que trabajé sin cesar?, aún anticipando esa excelente¿arreglo? Debo preguntar a la parte responsable. ¿Dónde está la persona responsable?No es el caso que he estado incesantemente en esta condición. Inmediatamente después de mi nacimiento, yo era el mismo ejemplo de pureza sin igual, tan encantador como cualquier cachorrito; sin un solo pensamiento malvado en esa cabeza se dice que mi rostro radiante extiende la luz del amor a través de los valles de mi ciudad natal. Es dudoso que ese sea el caso. Cada vez que miro en un Espejo me enojo, preguntando: "¿Por qué te has vuelto así? ¿Acaso este es el camino que has querido tomar?¿existencia?'Hay quienes dicen que todavía soy joven y que las personas son cosas que pueden cambiar. Que ridículo. Se dice que el alma de un hombre es igual a cien que a tres. Sin embargo, con este año, otro se agregará a mis veinte, y al final de mi espléndida juventud de un cuarto de siglo de Mi vida pronto se acercará. ¿Qué será de los esfuerzos groseros que he invertido en cambiar mi propia personalidad? En esta etapa, si intento torcer mi personaje que ya se eleva sobre un mar de La nada, lo máximo que puedo hacer es romperla. En este momento, debo arrastrar mi obstinado yo para llevar una vida respetable. Debo forzar mis propios ojos para realizar esa realidad. Es firmemente mi intención no cerrar los ojos.Y sin embargo, de alguna manera, es insoportable mirar.○Ya que se dice que las personas que interfieren con el romance de los demás están condenadas a una especie de castracion metaforica. Muerte, me quedé lejos de los establos solitarios en el extremo norte del campus. Si alguna vez me acercara a los terrenos de equitación, sin duda, me atacaría una banda de caballos arrasadores, que salta las vallas y píntame bajo los pies hasta el punto de que los restos de carne no lo harían. Ya no será de uso incluso para sukiyaki. Por la misma razón, tenía un miedo mortal a la monta de Kyoto el cuerpo de policia. Hablando de por qué temía tanto a los caballos, una vez fui notorio, conocido como el némesis de amor. Como un Cupido Negro vestido con la túnica de un segador, en lugar de las flechas de romance que columpié. Un hacha, utilizando lo que era como un sentido infrarrojo para barrer esos hilos rojos del destino que unen a los amantes.Y córtalos en tiras. Debido a mis hechos, innumerables jóvenes tortolitos derramaron lágrimas amargas lo suficiente como parallenar seis lavabos. Esas eran ciertamente las alturas de la inhumanidad; De eso mucho, al menos, soy consciente. Es posible que antes de ingresar a la universidad, el yo de aquel entonces hubiera temblado ligeramente conemoción ante la posibilidad de entrar en una vida de color rosa coqueteando con miembros del sexo opuesto durante los primeros meses de mi carrera universitaria, ni siquiera tuve que obligarme acree tales cosas, resolviendo firmemente en mi corazón que no me convertiría en una bestia, sino que en un caballero que acompañaría gentilmente y cortésmente a las hermosas doncellas. En cualquier caso, estaba dispuesto a pasar por alto. Hombres y mujeres tiran la razón y se enganchan salvajemente. Antes de que lo supiera, había perdido toda la compostura y me había transformado en un sinvergüenza, sin sentir nada. Pero alegría por el sonido de esos hilos rojos chasqueando. Los callejones del amor roto se desbordaron con el restos de esas cuerdas, y lágrimas de resentimiento. Aquellos desfiladeros de desesperación que frecuentaba eran donde me encontraría con un hombre despreciable que se convertiría tanto en mi mejor amigo como en mi jurado enemigo.