CAPITULO 17

37 4 0
                                    

AMNEA

-Hola mi niña, espero que te encuentres bien mi amor, sabes que el trabajo se me hace muy difícil sacar tiempo para regresar y verte, pero ya el lunes regreso a ti para verte, te amo mucho hija, eres mi sol, mi luna y las estrellas juntas, no sabes el miedo que tuve cuando no despertabas.

-Lo se papito, te amo igual. Le dije esto colgando la llamada, acabábamos de desahogarnos y hablar durante de 25 minutos, todos se habían ido a tomar algo menos Blake, que estaba como perro rottweiler cuidando de mí al frente de mi camilla de clínica, menos mal saldría ya, era hora, mi cadera ya estaba adolorida con esta posición.

-Puedes acércate mi amor.

-Claro nena, se sentó al lado mío tomando mi cabello con su mano, el cual se encontraba suelto, mi madre me ayudo a lavarme la cabeza, ya sentía que me moriría de la suciedad de mi cabello.

-Podemos casarnos el día 8 de marzo, es miércoles mitad de semana, nunca puedes casarte un marte y pues es el día de la mujer. ¿Qué te parece?

-Nena, me gusta la idea, sabía que eras feminista pero no tanto, como carajos nos casamos el día de la mujer, ósea que no sabré si darte regalo de bodas o por ser mujer. Y soltó una carcajada meramente sexy apenas termino de hacerlo.

-Pues cielo, no será un problema, con solo el hecho de que podamos casarnos ese día es muy importante para mí, sería el mejor regalo bebe. Dije esto colocando una cara de puchero.

-Está bien, a ti no te puedo decir que no. Ahora es tiempo de que te cambies, quieres que te ayude, o prefieres intimidad.

-No te preocupes puedes ayudarme, lo que no recuerdo es donde dejo mi mamá la ropa. Dije esto caminado por la habitación de manera recta, los médicos se sorprendieron de mis heridas su cicatrización fue muy rápido, busque en el armario que tiene la habitación y nada.

-Amor, ¿creo que es esta no? Me pregunto Blake

-No, creó cielo, esa no es mi maleta, nunca he tenido una GUCCI. Ósea cielo, mira que yo no tengo ese dinero, por consiguiente no es mía.

-Pues se equivoca señorita, esta maleta se la preste a tú mamá y aclaró algo desde hoy hasta el final del universo, cuando seas mi esposa, mi mujer lo mío será tuyo y lo tuyo lo mío, por eso es mejor ir practicando no te parece. Cámbiate la ropa rápido, antes de que llegué tú mamá y me regañe por no tenerte lista.

-Eso escucho muy lindo, pero debemos colocar límites, por ejemplo debo terminar mi carrera ¡aquí!, segundo no estaré tranquila que me digas que lo tuyo es mío, es algo que no he trabajado y no me interesan tus cosas incluyendo en ello tu dinero y el de tú familia, por favor sácate eso de la cabeza, estoy contigo y acepte casarme contigo, porque eres el primer hombre que llego a mi vida, que conoce la verdad, que quiero y sobre todo el hombre que deseo en silencio en solo 12 días.

-Me dejaste sin palabras cielo, que hermosa eres mi amor. Dijo esto tomando mi rostro con fuerza y besándome con esa intención qué ya extrañaba, ese maldito deseo que ambos teníamos que podía mover hasta dos montañas, con solo vernos. Olvidamos morral y todo lo demás, ambos seguíamos besándonos con intensidad, el tomo mis muslos y me cargó contra su cuerpo, aproveche la oportunidad y rodee mis piernas y me acerqué más a su pelvi, se estaba colocando duro, este hombre que carajos tenía que desertaba en mi deseo, deseo algo que temí nunca sentir en mi vida. Blake cambio todo en mí y mi vida.

Deséame ( Aún sin tener alas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora