Maraton 3/?
Harry: quieres ser mi novia ¿? – la vi un poco insegura de la respuesta que me quería dar... será que ella no me quería ¿? Que me había adelantado y mucho ¿?, m**** yo siempre yendo con rapidez
Anie: si
Harry: que ¿?
Anie: no voy a decirlo completo
Harry: con un “si” me basta – al decir eso me acerque a ella y la bese como nunca
Narra Anie
Era novia de Harry... a que horas había aceptado ser novia de un vampiro ¿?... no me arrepentía de serlo, solo que no me lo creía. Mientras lo besaba sentí una luz a los lejos, alumbrando hacia nosotros
Anie: Harry – dije cortando el beso
Harry: dime
Anie: alguien viene
Harry: donde ¿?
Anie: Harry, si voltearas a ver allí y no me siguieras mirando, sabrías donde – cuando volteo la luz estaba mas cerca... era un guardia de esta zona
Harry: m**** corre Anie
Anie: no soy igual de rápida que tu
Harry: ven aquí – dijo y me cargo, salió corriendo de allí. Cuando ya estuvimos lo suficientemente lejos, me di cuenta que estábamos en la cuadra de mi casa
Anie: Harry, que hora es ¿?
Harry: temprano – dijo acorralándome en la puerta de mi casa, y me empezó a besar
Anie: Harry, mis vecinos se darán cuenta
Harry: no importa, que sepan que tienes un muy guapo novio
Anie: Harry... te puedo preguntar algo ¿?
Harry: bueno esta bien – dijo separándose de mi y poniéndose serio en frente mío
Anie: te quedaras o te iras para tu casa ¿?
Harry: quieres que me quede o que me valla ¿?
Anie: no se, por eso te pregunte
Harry: bueno, entonces me iré
Anie: entonces vete, ya es tarde – me voltee y abrí la puerta, cuando iba a entrar a mi casa, sentí como unas manos me agarraban por la cintura, y unos labios me daban pequeños besos en el cuello – no era que te ibas ¿?
Harry: no, quiero pasar una noche con mi novia
Anie: y que quieres hacer ¿?
Harry: no se dime tu – al parecer ya había cerrado la puerta, porque me estaba desabrochando el sostén
Anie: no me hagas echarte de mi casa
Harry: ok haremos lo que yo quiera
Anie: que cosas haremos ¿?
Harry: cosas deliciosas - dijo y me volteo para unir nuestros labios, me empezó a empujar suave y despacio hacia las escaleras – donde queda tu cuarto linda ¿?
Anie: el ultimo del pasillo a la derecha – genial volvería a caer en su enredo, pero quien se aguantaba a tal hombre.
Cuando llegamos a mi cuarto, el abrió la puerta, entramos y se recostó en mi cama, conmigo debajo de el, medio se levanto y se quito la camisa, dejando al aire sus hermosos abdominales, se volvió a recostar para quitarme la mía, y el sostén fue muy fácil para el, gracias a que ya estaba desabrochado