1.

38 4 0
                                    


No se como había llegado a aquella situación. Estar escondido tras una barra esperando que los chicos que me molestaban se fueran de ahí. Mi corazón latía demasiado, no había pasado mas de una hora cuando llegue al pequeño bar donde él trabajaba. Jamas pensé en atreverme a entrar a aquel lugar de mala fama, sabia que él estaba ahí todas las noches,pero tenia miedo de entrar y ver algo de lo que me arrepentiría toda la vida.


Lo había conocido hace mas de tres meses mientras recogía mi bicicleta que habían escondido dentro del parque luego de que recibiera una paliza por parte de mi primer amor. Un amor que en verdad era masoquista,doloroso, incorrecto; no importaba cuantas palabras hirientes y puñetazos recibía. Era tonto pensando que solamente lo hacia porque tenia miedo de aceptar los suyos. Pero esa mañana había sido la peor de todas, me había escrito un pequeño papel que me había dado esperanzas de que empezaría a cambiar. Estaba tan feliz, incluso había comprado un par de jugos para compartir, nadie borraba mi sonrisa esa mañana hasta que lo vi a él junto a sus amigos con esas sonrisas que me dieron escalofríos al mirarme, di un paso atrás tirando mi bicicleta, sabia que no seria nada bueno. Intente correr, pero me alcanzaron. 

Un golpe tras otro. Hasta que finalmente el ultimo fue acompañado de palabras tal cual dagas podían dañar un corazón- No eres especial Park Jimin, ni si quiera tu madre y padre quisieron a un mariquita como tú, ¿Qué te hace creer que yo querría ha alguien desechado como tú?- Sus palabras se iban tatuando en mi mente y se repetían una y otra vez, había dejado de escuchar los sonidos exteriores, incluso no pude sentir el ultimo golpe que recibí de su parte. Ni si quiera solté un mínimo sonido de dolor. Cerre mis ojos, tal vez me había desmayado por varios minutos u horas, realmente había perdido la conciencia luego del ultimo golpe.

_____

Unas gotas de lluvia habían caído sobre mi rostro haciéndome reaccionar. Todo mi cuerpo se sentía pesado y adolorido, intente pararme, pero el dolor me hacia arquear mi espalda, toque mi cara sintiendo lo hinchada que estaba, ademas de mi ropa llena se sangre. No quería que alguien me viera así, quería llegar lo mas pronto a mi casa, pero sin mi bicicleta tardaría mas de una hora. La busque cercana al lugar, encontrándome con el parque en que siempre la escondían cuando lo deseaban. Les divertía verme buscarla entre tantos arboles,no escuchaba sus risas,  realmente solo la habían abandonado, me adentre a el por la parte mas solitaria, aunque la lluvia había espantado a todos del lugar aún habían chicos que disfrutaban jugar bajo el las gotas de lluvia.


Camine un poco mas hasta encontrarla atada a uno de los arboles con nudos ciegos. Me arrodille a la altura de los nudos ensuciando mis pantalones con el lodo, ya estaba hecho un desastre, con o sin la tierra mojada sobre mi ropa, la gente ya se alejaría de mi aunque observará que prácticamente estaba a punto de desmayarme.Mis manos temblaban por el frió y aun habían nudos que desatar. Sentía como mis heridas empezaban a latir mas que antes y la lluvia empezaba ha azotar mas, me había contenido a llorar toda esa hora bajo la lluvia. Hasta que sentí que mi corazón ya no podía más. Me acurruque junto a mi bicicleta, ya había estaba empezando a oscurecer.Mi vista estaba borrosa y la temperatura de mi cuerpo había caído demasiado, los temblores eran mas fuertes. 


Sonreí pensando que tal vez si me quedaba ahí como un desecho tal y como había el chico del que estaba enamorado, dejaría de respirar y mi corazón de sufrir esas intensas punzadas.

Pero el destino te puso a ti, cuando ese pensamiento tan cruel paso por mi mente. Venias corriendo a pesar que era un completo desconocido, te había importado poco tirar tu paraguas en medio del Bosque y empaparte de las frías gotas que caían del cielo. No sabia quien eras y tu no sabias quien era yo, empezaste a decirme cosas pero realmente no entendía, tomaste mi rostro entre tus manos, limpiando con tus pulgares el lodo que había salpicado cerca de mis parpados. -¿Jimin, estas bien?- me había equivocado, al parecer tu si sabia de mi, ¿Cuándo había sido la ultima vez que alguien me hizo esa pregunta? No podía recordarlo, era tan triste, por fin había empezado a tener pena por mi vida y tus ojos clavados en los míos habían sido el detonante de todo el dolor que había estado reteniendo por tanto tiempo.

╰☆╮El Claro de luz. OS╰☆╮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora